Wikisource eswikisource https://es.wikisource.org/wiki/Portada MediaWiki 1.39.0-wmf.23 first-letter Medio Especial Discusión Usuario Usuario discusión Wikisource Wikisource discusión Archivo Archivo discusión MediaWiki MediaWiki discusión Plantilla Plantilla discusión Ayuda Ayuda discusión Categoría Categoría discusión Portal Portal discusión Página Página Discusión Índice Índice Discusión Autor Autor discusión TimedText TimedText talk Módulo Módulo discusión Accesorio Accesorio discusión Accesorio definición Accesorio definición discusión Portada/otrostextos 0 84038 1248414 1156242 2022-08-05T21:46:14Z Shooke 4947 wikitext text/x-wiki <div style="padding:3px 3px 3px 3px; font-family:calibri; v-align:left; font-size:13px"> :[[:Categoría:Obras de autores anónimos|De autores anónimos]] :[[:Categoría:Esoterismo|Esoterismo]] :[[Reglamentos]] <!--:[[:Categoría:Miscelánea|Miscelánea]]--> <!--:[[:Categoría:Libros científicos|Libros científicos]]--> </div><noinclude> [[Categoría:Portadas]] [[Categoría:Subpáginas]] </noinclude> f88khpmk88k0l3558o9sr6vbm16r15e Página:Diccionario Geográfico de la República de Chile (1899).djvu/89 102 112271 1248409 1164936 2022-08-05T16:54:56Z Yastay 46732 corrección nombre en Negrita (bold) proofread-page text/x-wiki <noinclude><pagequality level="3" user="Taba1964" />{{CP|center=&mdash; 81 &mdash;}}</noinclude>expansión oval. Reconocióla por primera vez el 13 de enero de 1789 la segunda expedición al estrecho del marino español Don Antonio de Córdoba, y la describe así: «Este angosto canalizo terminaba en un gran lago de longitud de dos leguas y una milla de ancho, donde las aguas no tenían movimiento sensible, y estaban notablemente desaladas; pero su profundidad era mucha, á exepción de la media milla al fondo, donde encontramos el fondo aplacerado con proporción á la suave pendiente de la ribera inmediata; en todo lo demás estaba circundado de altas montañas, con pendientes muy rápidas, particularmente en la parte austral. En este lago vimos infinidad de pájaros niños (''Spheniscus magallanus'') . . . dejamos en una punta saliente del fondo de esto lago una botella con unos dísticos latinos, en que se decía el reconocimiento hecho . . .» '''Botija''' (Caleta de la).-—Está situada en el departamento de Antofagasta próxima al N. de la punta de Reyes. Es poco abrigada y de no fácil atracadero. A su fondo remata un angosto y prolongado valle que interna al E. y en el que se encuentra buena agua. La caleta da salida á las producciones minerales de la parte oriental inmediata. '''Botón''' (Isla del).-—Véase ''Gulaya''. '''Bouchage''' (Caleta de).-—Véase ''Tres Bahías''. '''Bougainville''' (Bahía de).-—Ensenada profunda y medianamente angosta de la costa septentrional del estrecho de Magallanes, que se abre por los 53° 50' Lat. y 70° 03' Lon.; se halla entre la bahia de San Nicolás y la caleta de Gil. Es de buen tenedero, abrigada y de contornos abundantes de maderas y agua, por lo que se recomienda como dársena para buques de regular tamaño. Sobre la punta oeste, que la cierra, tiene una bella islilla llamada de ''Nassau'', por los primeros navegantes holandeses que pasaron el estrecho, y de ''Córdoba'' y ''Ramos'', por la expedición de la fragata «Santa Maria de la Cabeza» en 1786; y sobre la punta oriental, que la separa de la caleta de Gil, un islote al cual el navegante francés Luis Antonio Bougainville, que dió su apellido á la bahía, denominó ''isla del Observatorio'' por haber colocado en ella sus instrumentos de observación, mientras estuvo fondeado en aquella durante el mes de febrero de 1765. Esta bahia fué reconocida por la expedición mencionada de dicha fragata y nombrada de las Tres Bahias, dándose también á sus caletones los títulos de Cantein, Gil y Tejada. '''Bournand''' (Caleta de).-—Véase ''Tres Bahías''. '''Boyeruca.'''-—Laguna sobre la costa del departamento de Vichuquén, situada á nueve ó diez kilómetros al N. del lago de este nombre, entre los cuales se hallan las otras pequeñas de Agua Dulce y Torca. Ocupa un espacio de nueve kilómetros de E. á O. con un ancho medio de uno. Por el extremo oriental recibe el riachuelo de las Garzas, que baja del E. por el lado sur de la aldea de Alcántara, y por el del oeste desagua en el Pacifico por un corto canal somero á cinco kilómetros al N. del puerto de Llico. En ella se forman albinas de marisma, que producen<noinclude> <small><small>{{CP|Asta-Buruaga. Diccionario geogr. de Chile.|right=6}}</small></small><references/></noinclude> 42zzn7g870ucq9jfamfortmbghnh5ru Autor:Mariano Juderías 106 246501 1248419 1215635 2022-08-05T22:29:41Z Shooke 4947 /* Traducciones */ wikitext text/x-wiki {{Biocitas |Ordenar=Juderías |Texto='''Mariano Juderías Bender'''<br/>(1836-1900)<br/>Traductor, publicista y ensayista español, padre de [[Autor:Julián Juderías|Julián Juderías]]. }} == Obras == * {{cita libro|autor=Mariano Juderías|título=Isabel la Católica|editorial=[[Imprenta de la Revista Médica]]|lugar=Cadiz|año=1859|OCLC= 954173608}} === Colaboraciones === *{{cita libro|autor=Ramón María de Dalmau y de Olivart|autor2=Mariano Juderías|título=Colección de los tratados, convenios y documentos internacionales celebrados por nuestros gobiernos con los estados extranjeros desde el reinado de doña Isabel II hasta nuestros días : acompañados de notas histórico críticas sobre su negociación y cumplimiento, y cotejados con los textos originales publicada de Real Orden|editorial=El Progreso Editorial|lugar=Madrid|año=1896-1906|volumen=13 volúmenes}} {{bdh|bdh0000040815}} === Traducciones === *{{cita libro|autor=[[Roselly de Lorgues]]|traductor=Mariano Juderías|título=[[Historia de Cristóbal Colon y de sus viajes]]|volumen=[[Historia de Cristóbal Colon y de sus viajes (Tomo I)|Tomo I]]|editorial=[[Portal:Eduardo Gautier|Eduardo Gautier]], [[Portal:Imprenta de la Revista Médica|Imprenta de la Revista Médica]]|lugar=Cadiz|año=1858|páginas=468|oclc=5576645}} *{{cita libro|autor=[[Roselly de Lorgues]]|traductor=Mariano Juderías|título=[[Historia de Cristóbal Colon y de sus viajes]]|volumen=[[Historia de Cristóbal Colon y de sus viajes (Tomo II)|Tomo II]]|editorial=[[Portal:Eduardo Gautier|Eduardo Gautier]], [[Portal:Imprenta de la Revista Médica|Imprenta de la Revista Médica]]|lugar=Cadiz|año=1863|páginas=468|oclc=5576645}} * {{cita libro|autor=Thomas Babington Macaulay|enlace-autor=Autor:Thomas Babington Macaulay|título=Estudios literarios por Lord Macaulay|serie=[[Biblioteca Clásica]] XI.|año=1879|editorial=Imp. Central a cargo de Víctor Saiz |lugar=Madrid}} {{at|Estudios literarios por Lord Macaulay - Biblioteca Clásica XI (1879).pdf}} * {{cita libro|autor=Thomas Babington Macaulay|traductor=Mariano Juderías|título=Estudios históricos|editorial= Imp. Central a cargo de Víctor Saiz|lugar=Madrid|año=1879}} {{at|Estudios históricos por Lord Macaulay - Biblioteca Clásica XVI (1879).pdf}} * {{cita libro|autor=Thomas Babington Macaulay|traductor=Mariano Juderías|título=Estudios biográficos|editorial=Imp. 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Central a cargo de Víctor Saiz|lugar=Madrid|año=1880}} {{at|Estudios críticos de Lord Macaulay - Biblioteca Clásica XXX (1880).pdf}} * {{cita libro|autor=Thomas Babington Macaulay|traductor=Mariano Juderías|título=Estudios de política y literatura|editorial=Perlado, Páez y Ca., Sucesores de Hernando|lugar=Madrid|año=1917|OCLC=651466379}} tkvtr26fdxspwjtco931hqywf9c4yr2 Autor:Thomas Babington Macaulay 106 246533 1248418 1215730 2022-08-05T22:28:52Z Shooke 4947 /* Obras */ wikitext text/x-wiki {{Biocitas |Ordenar=Macaulay, Thomas Babington |Texto='''Thomas Babington Macaulay'''<br/>(Leicestershire, 25 de octubre de 1800 – Londres, 28 de diciembre de 1859)<br/>Primer Barón Macaulay, fue un poeta, historiador y político del partido whig británico. }}{{advertencia}} == Obras == En [[Biblioteca Clásica]], Madrid, se editaron, bajo la traducción de [[Mariano Juderías]]: *XI. Estudios literarios por Lord Macaulay {{at|Estudios literarios por Lord Macaulay - Biblioteca Clásica XI (1879).pdf}} *XVI. Estudios históricos por Lord Macaulay {{at|Estudios históricos por Lord Macaulay - Biblioteca Clásica XVI (1879).pdf}} *XIX. Estudios políticos por Lord Macaulay {{at|Estudios políticos por Lord Macaulay - Biblioteca Clásica XIX (1879).pdf}} *XXV. Estudios biográficos por Lord Macaulay {{at|Estudios biográficos de Lord Macaulay - Biblioteca Clásica XXV (1906).pdf}} *XXX. Estudios críticos por Lord Macaulay {{bdh|bdh0000205133}} *XLVII. Historia de la revolución de Inglaterra por Lord Macaulay - Tomo I {{gb|BlswAAAAYAAJ}} *LVI. Historia de la revolución de Inglaterra por Lord Macaulay - Tomo II {{gb|ul0wAAAAYAAJ}} *LXIII. Historia de la revolución de Inglaterra por Lord Macaulay - Tomo III {{gb|0VANAQAAMAAJ}} *LXVIII. Historia de la revolución de Inglaterra por Lord Macaulay - Tomo IV {{gb|L1ENAQAAMAAJ}} *LXXVIII. Discursos parlamentarios por Lord Macaulay {{gb|u_vhFciq_g0C}} *LXXXII. Vidas de políticos ingleses {{bdh|bdh0000205140}} *XCIX. Estudios de política y literatura por Lord Macaulay {{gb|WprqnN1Y5r0C}} 1k0n8dnqymsb60uk62ol9u5em9ux6gd 1248429 1248418 2022-08-06T01:41:14Z Shooke 4947 /* Obras */ wikitext text/x-wiki {{Biocitas |Ordenar=Macaulay, Thomas Babington |Texto='''Thomas Babington Macaulay'''<br/>(Leicestershire, 25 de octubre de 1800 – Londres, 28 de diciembre de 1859)<br/>Primer Barón Macaulay, fue un poeta, historiador y político del partido whig británico. }}{{advertencia}} == Obras == En [[Biblioteca Clásica]], Madrid, se editaron, bajo la traducción de [[Mariano Juderías]]: *XI. Estudios literarios por Lord Macaulay {{at|Estudios literarios por Lord Macaulay - Biblioteca Clásica XI (1879).pdf}} *XVI. Estudios históricos por Lord Macaulay {{at|Estudios históricos por Lord Macaulay - Biblioteca Clásica XVI (1879).pdf}} *XIX. Estudios políticos por Lord Macaulay {{at|Estudios políticos por Lord Macaulay - Biblioteca Clásica XIX (1879).pdf}} *XXV. Estudios biográficos por Lord Macaulay {{at|Estudios biográficos de Lord Macaulay - Biblioteca Clásica XXV (1906).pdf}} *XXX. Estudios críticos por Lord Macaulay {{at|Estudios críticos de Lord Macaulay - Biblioteca Clásica XXX (1880).pdf}} *XLVII. Historia de la revolución de Inglaterra por Lord Macaulay - Tomo I {{gb|BlswAAAAYAAJ}} *LVI. Historia de la revolución de Inglaterra por Lord Macaulay - Tomo II {{gb|ul0wAAAAYAAJ}} *LXIII. Historia de la revolución de Inglaterra por Lord Macaulay - Tomo III {{gb|0VANAQAAMAAJ}} *LXVIII. Historia de la revolución de Inglaterra por Lord Macaulay - Tomo IV {{gb|L1ENAQAAMAAJ}} *LXXVIII. Discursos parlamentarios por Lord Macaulay {{gb|u_vhFciq_g0C}} *LXXXII. Vidas de políticos ingleses {{bdh|bdh0000205140}} *XCIX. Estudios de política y literatura por Lord Macaulay {{gb|WprqnN1Y5r0C}} jb2ywpkdbzc9cfe52fipk0sirk6stz6 Portal:Biblioteca Clásica 100 267459 1248420 1248203 2022-08-05T22:30:14Z Shooke 4947 /* Catálogo */ wikitext text/x-wiki {{encabezado|título=Biblioteca Clásica}} Colección editorial, con publicaciones desde 1878 (Desde 1879 se empiezan a numerar), impresa en Madrid por: * [[Portal:Librería de Hernando|Librería de Hernando]], Viuda de Hernando, Sucesores de Hernando, Perlado, Páez y Compañía: Arenal 11, Madrid. * [[Portal:Luis Navarro|Luis Navarro, Ediror]]: Colegiata N° 6, o Isabel La Católica N°25, Madrid. * [[Portal:Imprenta Central a cargo de Víctor Saiz|Imprenta Central a cargo de Víctor Saiz]]: Colegiata N° 6, Madrid. == Catálogo == :I. La Iíada - Tomo I {{IA|lailada02hermgoog}} :II. La Ilíada - Tomo II {{IA|lailada00hermgoog}} :III. La Ilíada - Tomo III {{IA|ailada01hermgoog}} :IV. {{at|Novelas ejemplares por Cervantes Saavedra - Tomo I (1878).pdf|Novelas ejemplares por Cervantes Saavedra - Tomo I}} :V. {{at|Novelas ejemplares por Cervantes Saavedra - Tomo II (1878).pdf|Novelas ejemplares por Cervantes Saavedra - Tomo II}} :VI. {{at|Los nueve libros de la historia de Heródoto de Halicarnaso - Tomo I (1898).pdf|Los nueve libros de la historia de Heródoto de Halicarnaso - Tomo I}} :VII. {{at|Los nueve libros de la historia de Heródoto de Halicarnaso - Tomo II (1898).pdf|Los nueve libros de la historia de Heródoto de Halicarnaso - Tomo II}} :VIII. {{at|Recuerdos de un anciano (Antonio Alcalá Galiano).pdf|Recuerdos de un Anciano}} por Antonio Alcalá Galiano :IX. {{at|Eneida - Tomo I (1905).pdf|Eneida. Tomo I}} :X. {{at|Eneida - Tomo II (1905).pdf|Eneida. Tomo II}} :XI. {{at|Estudios literarios por Lord Macaulay - Biblioteca Clásica XI (1879).pdf|Estudios literarios por Lord Macaulay}} :XII. Vida de españoles célebres por Manuel Quintana. Tomo I. {{at|Vidas de los españoles célebres - Tomo I (1914).pdf}} :XIII.Vida de españoles célebres por Manuel Quintana. Tomo II. {{at|Vidas de los españoles célebres - Tomo II (1914).pdf}} :XIV. {{at|Obras completas de Marco Tulio Cicerón - Tomo I - Biblioteca Clásica XIV (1889).pdf|Obras Completas de Marcus Tullius Ciceron (Tomo I)}} De la invención retórica. Retórica a Cayo Herennio. Tópicos a Cayo Trebacio. Particiones oratorias. Del mejor género de oradores :XV. {{at|La conjuración de Catilina y La guerra de Jugurta. Fragmentos de la Grande Historia (1893).pdf|Conjuración de Catilina, Guerra de Jugurta, y Fragmentos de la grande Historia de Salustio}} :XVI. Estudios históricos por Lord Macaulay {{at|Estudios históricos por Lord Macaulay - Biblioteca Clásica XVI (1879).pdf}} :XVII. Los anales de Cayo Cornelio Tácito. Tomo I. {{at|Los Anales de Cayo Cornelio Tácito. Tomo I (1890).pdf}} :XVIII. Los anales de Cayo Cornelio Tácito. Tomo II. {{at|Los Anales de Cayo Cornelio Tácito. Tomo II (1891).pdf}} :XIX. Estudios políticos por Lord Macaulay {{at|Estudios políticos por Lord Macaulay - Biblioteca Clásica XIX (1879).pdf}} :XX. {{at|Églogas y Geórgicas - Biblioteca Clásica - XX (1879).pdf|Églogas y Geórgicas}} :XXI. {{at|Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo I (1879).pdf|Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo I}} :XXII. {{at|Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo II (1879).pdf|Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo II}} :XXIII. {{at|Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo III (1879).pdf|Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo III}} :XXIV. {{at|Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo IV (1880).pdf|Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo IV}} :XXV. Estudios biográficos por Lord Macaulay {{at|Estudios biográficos de Lord Macaulay - Biblioteca Clásica XXV (1906).pdf}} :XXVI. Obras Completas de Marcus Tullius Ciceron (Tomo II) Diálogos del orador. Bruto, o de los ilustres oradores, El orador, a Marco Bruto {{at|Obras completas de Marco Tulio Cicerón - Tomo II - Biblioteca Clásica XXVI (1910).pdf}} :XXVII. {{at|Comedias de Aristófanes (1880-1881) - Aristófanes - Tomo I.pdf|Comedias de Aristófanes - Tomo I}} :XXVIIII. {{at|Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo V (1880).pdf|Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo V}} :XXIX. Poétas bucólicos griegos (Teócrito, Bión y Mosco) trad. por Ignacio Montes de Oca. {{at|Poétas bucólicos griegos (1880).pdf}} :XXX. Estudios críticos por Lord Macaulay {{bdh|bdh0000205140}} :XXXI. Los Novios, por Manzoni. Tr. de Juan Nicasio Gallego. {{at|Los novios. Historia milanesa del siglo XVI (1880).pdf}} :XXXII. Teatro completo de Esquilo. Tr. Fernando Brieva. :XXXIII. Obras satíricas y festivas de Quevedo. :XXXIV. {{at|Comedias de Aristófanes (1880-1881) - Aristófanes - Tomo II.pdf|Comedias de Aristófanes - Tomo II}} :XXXV. Sublevación de Nápoles, por el Duque de Rivas. :XXXVI. Teatro selecto de Calderon de la Barca. Tomo I. {{GB|Wk5KAAAAYAAJ}} :XXXVII. Teatro selecto de Calderon de la Barca. Tomo II. {{GB|2k5KAAAAYAAJ}} :XXXVIII. Teatro selecto de Calderon de la Barca. Tomo III. {{GB|9ztHAQAAMAAJ}} :XXXIX. Teatro selecto de Calderon de la Barca. Tomo IV. {{GB|4OEyAQAAIAAJ}} :XL. Las Historias y las costumbres de los germanos. Tácito. Tr. de Coloma. :XLI. Obras en prosa, por Hurtado de Mendoza. :XLII. {{at|Comedias de Aristófanes (1880-1881) - Aristófanes - Tomo III.pdf|Comedias de Aristófanes - Tomo III}} :XLIII. Teatro completo de Schiller, traducción de D. Eduardo Mier. Tomo I. :XLIV. Los comentarios de la guerra de las Galias y la civil, por Julio César. Tr. de José Goya y Muniain. Tomo I. :XLV. Los comentarios de la guerra de las Galias y la civil, por Julio César. Tr. de José Goya y Muniain. Tomo II. :XLVI. Historia de la entrada de Cyro el Menor en Asia, por Xenofonte, tr. de Gracián, corregida por Canseco. :XLVII. Historia de la revolución de Inglaterra por Lord Macaulay - Tomo I {{gb|BlswAAAAYAAJ}} :XLVIII. La Cyropedia ó Historia de Cyro el Mayor, por Xenofonte, tr. de Gracián, corregida por Canseco. :XLIX. Teatro completo de Schiller, traducción de D. Eduardo Mier. Tomo II. :L. {{at|Paraíso perdido - Tomo I (1882).pdf|Paraíso perdido de Milton. Tomo I}} :LI. {{at|Paraíso perdido - Tomo II (1882).pdf|Paraíso perdido de Milton. Tomo II}} :LII. La Moral Católica de Manzoni :LIII. Civilizadores y conquistadores de Lamartine. Tomo I :LIV. Civilizadores y conquistadores de Lamartine. Tomo II :LV. Obras completas de Luciano. Tr. de Cristóbal Vidal y Federico Baráibar. Tomo I. :LVI. Historia de la revolución de Inglaterra por Lord Macaulay - Tomo II {{gb|ul0wAAAAYAAJ}} :LVII. Odas de Píndaro. Tr. de Montes de Oca. {{at|Odas de Píndaro (1893).pdf}} :LVIII. Historia de las expediciones de Alejandro, por Arriano; traducida directamente del griego por D. Federico Baraibar y Zumárraga. {{GB|8LBHAAAAIAAJ}} :LIX. Obras Completas de Marcus Tullius Ciceron (Tomo III) De la naturaleza de los dioses. Del sumo bien y del sumo mal {{at|Obras completas de Marco Tulio Cicerón - Tomo III - Biblioteca Clásica LIX (1910).pdf}} :LX. Obras Completas de Marcus Tullius Ciceron (Tomo IV) Los oficios. Diálogos de la vejez y de la amistad. Las paradojas {{bdh|bdh0000167926}} :LXI. Poemas y fantasías, de Heine, traducción en verso de D. José J, Herrero. {{gb|hbEMAQAAIAAJ}} :LXII. Teatro completo de Schiller, traducción de D. Eduardo Mier. Tomo I. :LXIII. Historia de la revolución de Inglaterra por Lord Macaulay - Tomo III {{gb|0VANAQAAMAAJ}} :LXIV. Vida de los doce Césares, por Suetonio. Tr. de Norberto Castilla. :LXV. Guerra de Cataluña y Política Militar, por Manuel de Merlo. :LXVI. Epístolas morales de Séneca. Tr. por Francisco Navarro. {{bdh|bdh0000051763}} :LXVII. Tratados filosóficos de Séneca. Tr. de Fernández Navarrete y Navarro. Tomo I. :LXVIII. Historia de la revolución de Inglaterra por Lord Macaulay - Tomo IV {{gb|L1ENAQAAMAAJ}} :LXIX. Poétas líricos griegos. Tr. de Baráibar, Menéndez Pelayo, Conde, Canga-Argüelles, y Castillo y Ayensa :LXX. Tratados filosóficos de Séneca. Tr. de Fernández Navarrete y Navarro. Tomo II. :LXXI. Historia universal, durante la república romana, por Polibio. Tr. Ambrosio Rui Bamba. Tomo I. :LXII. Historia universal, durante la república romana, por Polibio. Tr. Ambrosio Rui Bamba. Tomo II. :LXXIII. Obras Completas de Marcus Tullius Ciceron (Tomo V) Cuestiones tusculanas. De la adivinación. Del hado {{bdh|bdh0000167926}} :LXXIV. Historia universal, durante la república romana, por Polibio. Tr. Ambrosio Rui Bamba. Tomo III. :LXXV. Obras Completas de Marcus Tullius Ciceron (Tomo VI) Obras Filosóficas. La República. Las Leyes {{bdh|bdh0000167926}} :LXXVI. Las Heroídas de Ovidio, traducción en verso de Diego Mexía. :LXXVII. Obras Completas de Marcus Tullius Ciceron (Tomo VII) Epístolas Familiares I {{bdh|bdh0000167926}} :LXXVIII. Discursos parlamentarios por Lord Macaulay {{gb|u_vhFciq_g0C}} :LXXIX. Obras Completas de Marcus Tullius Ciceron (Tomo VIII) Epístolas Familiares II {{bdh|bdh0000167926}} :LXXX. {{at|Obras dramáticas de Guillermo Shakespeare - Tomo I (1897).pdf|Obras dramáticas de Guillermo Shakespeare - Tomo I}} :LXXXI. {{at|Obras dramáticas de Guillermo Shakespeare - Tomo II (1885).pdf|Obras dramáticas de Guillermo Shakespeare - Tomo II}} :LXXXII. Vidas de políticos ingleses por Lord Macaulay {{bdh|bdh0000205140}} :LXXXIII. Obras Completas de Marcus Tullius Ciceron (Tomo IX) Cartas Políticas I {{bdh|bdh0000167926}} :LXXXIV. Compendio de las hazañas romanas, por Floro. Tr. Eloy Díaz Jiménez. :LXXXV. {{at|Obras dramáticas de Guillermo Shakespeare - Tomo III (1899).pdf|Obras dramáticas de Guillermo Shakespeare - Tomo III}} :LXXXVI. Obras Completas de Marcus Tullius Ciceron (Tomo X) Cartas Políticas II {{bdh|bdh0000167926}} :LXXXVII. Historia del reinado de Guillermo III, por Lord Macaulay. Tr. de Daniel López. Tomo I. :LXXXVIII. Historia del reinado de Guillermo III, por Lord Macaulay. Tr. de Daniel López. Tomo II. :LXXXIX. Historia del reinado de Guillermo III, por Lord Macaulay. Tr. de Daniel López. Tomo III. :XC. Historia del reinado de Guillermo III, por Lord Macaulay. Tr. de Daniel López. Tomo IV. :XCI. Historia del reinado de Guillermo III, por Lord Macaulay. Tr. de Daniel López. Tomo V. :XCII. Historia del reinado de Guillermo III, por Lord Macaulay. Tr. de Daniel López. Tomo VI. :XCIII. La república de Platón. Tr. José Tomás y García. Tomo I. {{gb|p8YzAQAAMAAJ}} :XCIV. La república de Platón. Tr. José Tomás y García. Tomo II. {{gb|p8YzAQAAMAAJ}} :XCV. {{at|La Odisea (Baráibar) La Batracomiomaquia (Alenda) 1886.pdf|La Odisea - La Batracomiomaquia}} Tomo I :XCVI. {{at|La Odisea (Baráibar) La Batracomiomaquia (Alenda) 1886.pdf|La Odisea - La Batracomiomaquia}} Tomo II :XCVII. Vida, opiniones de los filósofos más ilustres, por Diógenes Laercio. Tr. José Ortiz y Sanz. Tomo I. :XCVIII. Vida, opiniones de los filósofos más ilustres, por Diógenes Laercio. Tr. José Ortiz y Sanz. Tomo II. :XCIX. Estudios de política y literatura por Lord Macaulay {{gb|WprqnN1Y5r0C}} :C. Las Lusíadas, por Camoens, traducción en verso por D. Lamberto Gil. {{GB|l3RfAAAAMAAJ}} :CI. Poesías selectas, por Camoens, traducción en verso por D. Lamberto Gil. :CII. {{at|Obras dramáticas de Guillermo Shakespeare - Tomo IV (1887).pdf|Obras dramáticas de Guillermo Shakespeare - Tomo IV}} :CIII. Instituciones oratorias por M, Fabio Quintiliano - Tomo I {{IA|B0101961}} :CIV. Instituciones oratorias por M, Fabio Quintiliano - Tomo II {{IA|B0101962}} :CV. La Metamorfosis de Ovidio. Tr. Pedro Sánchez de Viana. Tomo I. :CVI. La Metamorfosis de Ovidio. Tr. Pedro Sánchez de Viana. Tomo II. :CVII. Vida de alejandro, por Qunto Curcio. Tr. Mateo Ibáñez de Segovia. Tomo I. :CVIII. Vida de alejandro, por Qunto Curcio. Tr. Mateo Ibáñez de Segovia. Tomo II. :CIX. La Tebaida, por Estancio. Tr. en verso por Juan de Arjona. Tomo I. :CX. La Tebaida, por Estancio. Tr. en verso por Juan de Arjona. Tomo II. :CXI. Décadas de la historia romana por Tito Livio - Tomo I {{GB|tKMzAQAAMAAJ}} :CXII. Décadas de la historia romana por Tito Livio - Tomo II {{GB|UYUKAQAAIAAJ}} :CXIII. La Farsalia, traducción en verso de D. Juan de Jáuregui. Acompaña a esta tr. la que Jáuregui hizo de la Aminia de Torcuato Taso, y la precede un juicio critico de Lucano, por D. Eubilio Castelar. Tomo I. :CXIV. La Farsalia, traducción en verso de D. Juan de Jáuregui. Acompaña a esta tr. la que Jáuregui hizo de la Aminia de Torcuato Taso, y la precede un juicio critico de Lucano, por D. Eubilio Castelar. Tomo II. :CXV. Décadas de la historia romana por Tito Livio - Tomo III {{GB|voUKAQAAIAAJ}} :CXVI. Décadas de la historia romana por Tito Livio - Tomo IV {{GB|BoYKAQAAIAAJ}} :CXVII. Obras de los moralistas griegos. (Marco Aurelio, Teofrasto, Epicteto, Cebes). Tr. Díaz Miranda, Pedro Simón Abril, Antonio Brum y López Ayala. {{at|Obras de los moralistas griegos. Marco Aurelio-Teofrasto-Epicteto-Cebes (1888).pdf}} :CXVIII. Décadas de la historia romana por Tito Livio - Tomo V {{GB|TIYKAQAAIAAJ}} :CXIX. Las Helénicas o historia griega, por Xenofonte. Tr. de Enrique Soms. :CXX. Historia de la guerra del Peloponeso, por Tucídides. Tr. de Gracián. Tomo I. :CXXI. Décadas de la historia romana por Tito Livio - Tomo VI {{GB|nIYKAQAAIAAJ}} :CXXII. Décadas de la historia romana por Tito Livio - Tomo VII {{GB|24YKAQAAIAAJ}} :CXXIII. Historia de la guerra del Peloponeso, por Tucídides. Tr. de Gracián. Tomo II. :CXXIV. Cuadros de Viaje, por Heine. Tr. Lorenzo G. Agejas. Tomo I. {{gb|6AMAQAAIAAJ}} :CXXV. Apología contra los gentiles en defensa de los cristianos, por Tertuliano. Tr. Fray Pedro Manero. :CXXVI. Cuadros de Viaje, por Heine. Tr. Lorenzo G. Agejas. Tomo II. {{gb|UKEMAQAAIAAJ}} :CXXVII. Historia de Italia: donde se describen todas las cosas sucedidas desde el año de 1494 hasta el de 1532 Tomo I {{gb|n-kKAQAAIAAJ}} :CXXVIII. Obras completas de Luciano. Tr. de Cristóbal Vidal y Federico Baráibar. Tomo II. :CXXIX. Escritores de la Historia Augusta, continuación de Los Doce Césares de Suetonio. Tr. De Francisco Navarro. Tomo I. {{bdh|bdh0000235415}} :CXXX. Historia de Italia: donde se describen todas las cosas sucedidas desde el año de 1494 hasta el de 1532 Tomo II {{gb|7ekKAQAAIAAJ}} :CXXXI. Escritores de la Historia Augusta, continuación de Los Doce Césares de Suetonio. Tr. De Francisco Navarro. 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Tomo II. :CXLVII. {{at|Viaje a Italia - Tomo I (1891).pdf|Viaje a Italia - Tomo I}} :CXLVIII. {{at|Viaje a Italia - Tomo II (1891).pdf|Viaje a Italia - Tomo II}} :CXLIX. Antología de los poetas líricos castellanos, por Marcelino Menéndez Pelayo. Tomo II. {{bdh|bdh0000012529}} :CL. {{at|Tragedias, poesías y obras varias (1891) - Manzoni, Alejandro - Tomo I.pdf|Tragedias, poesías y obras varias - Manzoni, Alejandro - Tomo I}} :CLI. {{at|Tragedias, poesías y obras varias (1891) - Manzoni, Alejandro - Tomo II.pdf|Tragedias, poesías y obras varias - Manzoni, Alejandro - Tomo II}} :CLII. {{at|Oraciones políticas y forenses de Isócrates - Tomo I (1891).pdf|Oraciones políticas y forenses de Isócrates. Tomo I}} :CLIII. {{at|Oraciones políticas y forenses de Isócrates - Tomo II (1891).pdf|Oraciones políticas y forenses de Isócrates. Tomo II}} :CLIV. Panegírico de trajano y cartas, por Plinio Cecilio Segundo. Tomo I. Tr. de Francisco Navarro. {{GB|WaYzAQAAMAAJ}} :CLV. 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Tr. en verso castellano por Francisco Gómez del Palacio, precedida de un estudio biográfico y crítico por Emilia Pardo Bazán. Tomo I. :CLXVIII. La Jerusalén libertada, por Torcuato Tasso. Tr. en verso castellano por Francisco Gómez del Palacio, precedida de un estudio biográfico y crítico por Emilia Pardo Bazán. Tomo I. :CLXIX. Noches Áticas, por Aulo Gelo. Tr. Francisco Navarro y Calvo. Tomo I. {{GB|IKYzAQAAMAAJ}} :CLXX. Noches Áticas, por Aulo Gelo. Tr. Francisco Navarro y Calvo. Tomo II. {{GB|IKYzAQAAMAAJ}} :CLXXI. Antología de los poetas líricos castellanos, por Marcelino Menéndez Pelayo. Tomo IV. {{bdh|bdh0000012529}} :CLXXII. [[La ciudad de Dios]] por San Agustín, traducida directamente del latin por José Cayetano Díaz de Beyral. {{at|La ciudad de Dios - Tomo I.pdf|Tomo I.}} :CLXXIII. La ciudad de Dios por San Agustín, traducida directamente del latin por José Cayetano Díaz de Beyral. {{at|La ciudad de Dios - Tomo II.pdf|Tomo II.}} :CLXXIV. La ciudad de Dios por San Agustín, traducida directamente del latin por José Cayetano Díaz de Beyral. {{at|La ciudad de Dios - Tomo III.pdf|Tomo III.}} :CLXXV. La ciudad de Dios por San Agustín, traducida directamente del latin por José Cayetano Díaz de Beyral. {{at|La ciudad de Dios - Tomo IV.pdf|Tomo IV.}} :CLXXVI. Obras políticas históricas y críticas de D. Francisco de Quevedo Villegas. Tomo I. {{GB|AVNeAAAAcAAJ}} :CLXXVII. Obras políticas históricas y críticas de D. Francisco de Quevedo Villegas. Tomo II. :CLXXVIII. {{at|Teatro selecto de Juan Wolfgang Goethe - Tomo I (1893).pdf|Teatro selecto de Juan Wolfgang Goethe, tr. Fanny G. Garrido. Tomo I.}} {{GB|Yb4MAQAAIAAJ}} [http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1020028850_C/1020028850_C.html Obra] en la Univ. Autónoma de Nueva León. :CLXXIX. {{at|Teatro selecto de Juan Wolfgang Goethe - Tomo II (1893).pdf|Teatro selecto de Juan Wolfgang Goethe, tr. Fanny G. Garrido. 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Antología de los poetas líricos castellanos, por Marcelino Menéndez Pelayo. Tomo V. {{bdh|bdh0000012529}} :CLXXXIX. Política de Dios y gobierno de Cristo, por Fransisco de Quevedo. :CXC. {{at|Obras dramáticas de Guillermo Shakespeare - Tomo VI (1895).pdf|Obras dramáticas de Guillermo Shakespeare - Tomo VI}} :CXCI.Obras políicas de Nicolás Maquiavelo. Traducidas por Luis Navarro. Tomo I. [http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1020025560_C/1020025560_C.html Obra] en la Univ. Autónoma de Nueva León. :CXCII. Obras políicas de Nicolás Maquiavelo. Traducidas por Luis Navarro. Tomo II. [http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1020025560_C/1020025560_C.html Obra] en la Univ. Autónoma de Nueva León. :CXCIII. Historia del Imperio Romano : desde el año 350 al 378 de la Era Cristiana - Tomo I {{IA|BRes1411681}} :CXCIV. Historia del Imperio Romano : desde el año 350 al 378 de la Era Cristiana - Tomo II {{IA|BRes1411682}} :CXCV. {{at|Obras dramáticas de Guillermo Shakespeare - Tomo VII (1896).pdf|Obras dramáticas de Guillermo Shakespeare - Tomo VII}} :CXCVI. Antología de los poetas líricos castellanos, por Marcelino Menéndez Pelayo. Tomo VI. {{bdh|bdh0000012529}} :CXCVII. Teatro completo de Miguel de Cervantes Saavedra. Tomo I. :CXCVIII. Teatro completo de Miguel de Cervantes Saavedra. Tomo II. :CXCIX. Teatro completo de Miguel de Cervantes Saavedra. Tomo III. :CC. De la naturaleza de las cosas. Poema de seis cantos de Tito Lucrecio Caro. Tr. José Marchena.{{GB|P8dEAAAAIAAJ}} :CCI. {{at|Obras dramáticas de Guillermo Shakespeare - Tomo VIII (1897).pdf|Obras dramáticas de Guillermo Shakespeare - Tomo VIII}} :CCII. Obras Completas de Marcus Tullius Ciceron (Tomo XI) Vida y discursos. Tomo I {{gb|K3o0AQAAMAAJ}} {{bdh|bdh0000167926}} :CCIII. Obras Completas de Marcus Tullius Ciceron (Tomo XII) Vida y discursos. Tomo II {{gb|A7sKAQAAIAAJ}} {{bdh|bdh0000167926}} :CCIV. Obras Completas de Marcus Tullius Ciceron (Tomo XIII) Vida y discursos. Tomo III {{gb|R7sKAQAAIAAJ}} {{bdh|bdh0000167926}} :CCV. Antología de los poetas líricos castellanos, por Marcelino Menéndez Pelayo. Tomo VII. {{bdh|bdh0000012529}} :CCVI. Obras Completas de Marcus Tullius Ciceron (Tomo XIV) Vida y discursos. Tomo IV {{gb|nXo0AQAAMAAJ}} {{bdh|bdh0000167926}} :CCVII. Obras Completas de Marcus Tullius Ciceron (Tomo XV) Vida y discursos. Tomo V {{gb|1LsKAQAAIAAJ}} {{bdh|bdh0000167926}} :CCVIII. Antología de los poetas líricos castellanos, por Marcelino Menéndez Pelayo. Tomo VIII. {{bdh|bdh0000012529}} :CCIX. Antología de los poetas líricos castellanos, por Marcelino Menéndez Pelayo. Tomo IX. {{bdh|bdh0000012529}} :CCX. Obras Completas de Marcus Tullius Ciceron (Tomo XVI) Vida y discursos. Tomo VI {{gb|AH00AQAAMAAJ}} {{bdh|bdh0000167926}} :CCXI. 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Tomo XIII. {{bdh|bdh0000012529}} :CCXXI. Obras dramáticas de Eurípides, vertidas directamente del griego al castellano por Eduardo Mior y Barbery. Tomo I. :CCXXII. Obras dramáticas de Eurípides, vertidas directamente del griego al castellano por Eduardo Mior y Barbery. Tomo II. :CCXXIII. Obras completas de Horacio. Tr. Germán Salinas. Tomo I. {{at|Obras completas de Horacio - Tomo I - Biblioteca Clásica CCXXIII.pdf}} :CCXXIV. Obras completas de Horacio. Tr. Germán Salinas. Tomo II. {{at|Obras completas de Horacio - Tomo II - Biblioteca Clásica CCXXIV.pdf}} :CCXXV. Obras dramáticas de Eurípides, vertidas directamente del griego al castellano por Eduardo Mior y Barbery. Tomo III. :CCXXVI. Colomba y otros cuentos, por Próspero Merimee, traducción de Ángel de la Guardia. :CCXXVII. Manava-Dharma-Zastra ó Libro de las Leyes de Manu. Tr. del Sanscrito por José Alemany y Bolufer :CCXXVIII. Obras de Regnard: comedias selectas, traducción de D. Cecilio Merino Ortiz. Tomo I. :CCXXIX. Obras de Regnard: comedias selectas, traducción de D. Cecilio Merino Ortiz. Tomo II. :CCXXX. Obras de Regnard: comedias selectas, traducción de D. Cecilio Merino Ortiz. Tomo III. :CCXXXI. Líricos y elegíacos latinos. Tr. Germán Salinas. Tomo I. Catulo, Tibulo y Publio Sirio. :CCXXXII. Líricos y elegíacos latinos. Tr. Germán Salinas. Tomo II. Propecio, Galo y Maximiano :CCXXXIII. Dramas de Enrique Ibsen. Tr. D. J. Pérez Bances. Tomo I. {{GB|9b8OAQAAIAAJ}} {{bdh|bdh0000171189}} :CCXXXIV. Antología de líricos ingleses y angloamericanos. Colección y colaboración de Miguel Sánchez Pesquera. Tomo I. :CCXXXV. Dramas de Enrique Ibsen. Tr. D. J. Pérez Bances. Tomo II. {{bdh|bdh0000171189}} :CCXXXVI. Dramas de Enrique Ibsen. Tr. D. J. Pérez Bances. Tomo III. {{GB|J8AOAQAAIAAJ}} {{bdh|bdh0000171189}} :CCXXXVII. Antología de los poetas líricos castellanos, por Marcelino Menéndez Pelayo. Tomo XIV. {{bdh|bdh0000012529}} :CCXXXVIII. Antología de líricos ingleses y angloamericanos. Colección y colaboración de Miguel Sánchez Pesquera.. Tomo II. :CCXXXIX. Obras de Ovidio traducidos y anotados por Germán Salinas. Tomo I. Los poemas erotícos de Ovidio :CCXL. Obras de Ovidio traducidos y anotados por Germán Salinas. Tomo II. Las Tristes y las pónticas :CCXLI. Antología de líricos ingleses y angloamericanos. Colección y colaboración de Miguel Sánchez Pesquera.. Tomo III. :CCXLII. Platón el divino : estudio preliminar a la traducción directa de sus "Diálogos" por Emeterio Mazorriaga. Tomo I. :CCXLIII. Platón el divino : estudio preliminar a la traducción directa de sus "Diálogos" por Emeterio Mazorriaga. Tomo II. :CCXLIV. Diálogos de Platón, traducción de Emeterio Mazorriaga. Tomo I. :CCXLV. Diálogos de Platón, traducción de Emeterio Mazorriaga. Tomo II. :CCXLVI. Antología de líricos ingleses y angloamericanos. Colección y colaboración de Miguel Sánchez Pesquera.. Tomo IV. :CCXLVII. Las siete tragedias de Sófocles. Tr. de José Alemany Bolufer. {{at|Las siete tragedias de Sófocles - Biblioteca Clásica - CCXLVII (1921).pdf}} :CCXLVIII. Antología de líricos ingleses y angloamericanos. Colección y colaboración de Miguel Sánchez Pesquera.. Tomo V. :CCXLIX. Antología de líricos ingleses y angloamericanos. Colección y colaboración de Miguel Sánchez Pesquera.. Tomo VI. :CCL. Antología de líricos ingleses y angloamericanos. Colección y colaboración de Miguel Sánchez Pesquera.. Tomo VII. :CCLI. Las obras completas del Emperador Claudio Flavio Juliano, vulgarmente llamado El Apóstata, tr. por Ezequiel Spanheim y precedidas de un prólogo por R. Cassinos Assens. Tomo I. :CCLII. Las obras completas del Emperador Claudio Flavio Juliano, vulgarmente llamado El Apóstata, tr. por Ezequiel Spanheim y precedidas de un prólogo por R. Cassinos Assens. Tomo II. :CCLIII. Obras de Ovidio traducidos y anotados por Germán Salinas. Tomo III. Los fastos. El ibis. El nogal. El pescador. :CCLIV. Literatura persa: los misterios, colección de "teaziés" inspiradas en la trágica muerte de Alí y de sus hijos, por primera vez puestos en castellanos, precedidos de un prólogo y enriquecidos con notas por R. Cansinos-Assens. :CCLV. Dramas de Enrique Ibsen. Tr. D. J. Pérez Bances. Tomo IV. {{bdh|bdh0000171189}} :CCLVI. Dramas de Enrique Ibsen. Tr. D. J. Pérez Bances. Tomo V. {{bdh|bdh0000171189}} :CCLVII. Instituciones militares de Flavio Vegecio Renato. Tr. del latín y precedidas de una historia del arte militar en la Roma Clásica por José Belda Carreras. [[Categoría:Publicado en España]] [[Categoría:Colecciones literarias de España]] kpg013p2jccfe22sq5jq5pcc8npzrpi 1248431 1248420 2022-08-06T01:42:44Z Shooke 4947 /* Catálogo */ wikitext text/x-wiki {{encabezado|título=Biblioteca Clásica}} Colección editorial, con publicaciones desde 1878 (Desde 1879 se empiezan a numerar), impresa en Madrid por: * [[Portal:Librería de Hernando|Librería de Hernando]], Viuda de Hernando, Sucesores de Hernando, Perlado, Páez y Compañía: Arenal 11, Madrid. * [[Portal:Luis Navarro|Luis Navarro, Ediror]]: Colegiata N° 6, o Isabel La Católica N°25, Madrid. * [[Portal:Imprenta Central a cargo de Víctor Saiz|Imprenta Central a cargo de Víctor Saiz]]: Colegiata N° 6, Madrid. == Catálogo == :I. La Iíada - Tomo I {{IA|lailada02hermgoog}} :II. La Ilíada - Tomo II {{IA|lailada00hermgoog}} :III. La Ilíada - Tomo III {{IA|ailada01hermgoog}} :IV. {{at|Novelas ejemplares por Cervantes Saavedra - Tomo I (1878).pdf|Novelas ejemplares por Cervantes Saavedra - Tomo I}} :V. {{at|Novelas ejemplares por Cervantes Saavedra - Tomo II (1878).pdf|Novelas ejemplares por Cervantes Saavedra - Tomo II}} :VI. {{at|Los nueve libros de la historia de Heródoto de Halicarnaso - Tomo I (1898).pdf|Los nueve libros de la historia de Heródoto de Halicarnaso - Tomo I}} :VII. {{at|Los nueve libros de la historia de Heródoto de Halicarnaso - Tomo II (1898).pdf|Los nueve libros de la historia de Heródoto de Halicarnaso - Tomo II}} :VIII. {{at|Recuerdos de un anciano (Antonio Alcalá Galiano).pdf|Recuerdos de un Anciano}} por Antonio Alcalá Galiano :IX. {{at|Eneida - Tomo I (1905).pdf|Eneida. Tomo I}} :X. {{at|Eneida - Tomo II (1905).pdf|Eneida. Tomo II}} :XI. {{at|Estudios literarios por Lord Macaulay - Biblioteca Clásica XI (1879).pdf|Estudios literarios por Lord Macaulay}} :XII. Vida de españoles célebres por Manuel Quintana. Tomo I. {{at|Vidas de los españoles célebres - Tomo I (1914).pdf}} :XIII.Vida de españoles célebres por Manuel Quintana. Tomo II. {{at|Vidas de los españoles célebres - Tomo II (1914).pdf}} :XIV. {{at|Obras completas de Marco Tulio Cicerón - Tomo I - Biblioteca Clásica XIV (1889).pdf|Obras Completas de Marcus Tullius Ciceron (Tomo I)}} De la invención retórica. Retórica a Cayo Herennio. Tópicos a Cayo Trebacio. Particiones oratorias. Del mejor género de oradores :XV. {{at|La conjuración de Catilina y La guerra de Jugurta. Fragmentos de la Grande Historia (1893).pdf|Conjuración de Catilina, Guerra de Jugurta, y Fragmentos de la grande Historia de Salustio}} :XVI. Estudios históricos por Lord Macaulay {{at|Estudios históricos por Lord Macaulay - Biblioteca Clásica XVI (1879).pdf}} :XVII. Los anales de Cayo Cornelio Tácito. Tomo I. {{at|Los Anales de Cayo Cornelio Tácito. Tomo I (1890).pdf}} :XVIII. Los anales de Cayo Cornelio Tácito. Tomo II. {{at|Los Anales de Cayo Cornelio Tácito. Tomo II (1891).pdf}} :XIX. Estudios políticos por Lord Macaulay {{at|Estudios políticos por Lord Macaulay - Biblioteca Clásica XIX (1879).pdf}} :XX. {{at|Églogas y Geórgicas - Biblioteca Clásica - XX (1879).pdf|Églogas y Geórgicas}} :XXI. {{at|Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo I (1879).pdf|Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo I}} :XXII. {{at|Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo II (1879).pdf|Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo II}} :XXIII. {{at|Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo III (1879).pdf|Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo III}} :XXIV. {{at|Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo IV (1880).pdf|Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo IV}} :XXV. Estudios biográficos por Lord Macaulay {{at|Estudios biográficos de Lord Macaulay - Biblioteca Clásica XXV (1906).pdf}} :XXVI. Obras Completas de Marcus Tullius Ciceron (Tomo II) Diálogos del orador. Bruto, o de los ilustres oradores, El orador, a Marco Bruto {{at|Obras completas de Marco Tulio Cicerón - Tomo II - Biblioteca Clásica XXVI (1910).pdf}} :XXVII. {{at|Comedias de Aristófanes (1880-1881) - Aristófanes - Tomo I.pdf|Comedias de Aristófanes - Tomo I}} :XXVIIII. {{at|Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo V (1880).pdf|Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo V}} :XXIX. Poétas bucólicos griegos (Teócrito, Bión y Mosco) trad. por Ignacio Montes de Oca. {{at|Poétas bucólicos griegos (1880).pdf}} :XXX. Estudios críticos por Lord Macaulay {{at|Estudios críticos de Lord Macaulay - Biblioteca Clásica XXX (1880).pdf}} :XXXI. Los Novios, por Manzoni. Tr. de Juan Nicasio Gallego. {{at|Los novios. Historia milanesa del siglo XVI (1880).pdf}} :XXXII. Teatro completo de Esquilo. Tr. Fernando Brieva. :XXXIII. Obras satíricas y festivas de Quevedo. :XXXIV. {{at|Comedias de Aristófanes (1880-1881) - Aristófanes - Tomo II.pdf|Comedias de Aristófanes - Tomo II}} :XXXV. 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Tomo XIII. {{bdh|bdh0000012529}} :CCXXI. Obras dramáticas de Eurípides, vertidas directamente del griego al castellano por Eduardo Mior y Barbery. Tomo I. :CCXXII. Obras dramáticas de Eurípides, vertidas directamente del griego al castellano por Eduardo Mior y Barbery. Tomo II. :CCXXIII. Obras completas de Horacio. Tr. Germán Salinas. Tomo I. {{at|Obras completas de Horacio - Tomo I - Biblioteca Clásica CCXXIII.pdf}} :CCXXIV. Obras completas de Horacio. Tr. Germán Salinas. Tomo II. {{at|Obras completas de Horacio - Tomo II - Biblioteca Clásica CCXXIV.pdf}} :CCXXV. Obras dramáticas de Eurípides, vertidas directamente del griego al castellano por Eduardo Mior y Barbery. Tomo III. :CCXXVI. Colomba y otros cuentos, por Próspero Merimee, traducción de Ángel de la Guardia. :CCXXVII. Manava-Dharma-Zastra ó Libro de las Leyes de Manu. Tr. del Sanscrito por José Alemany y Bolufer :CCXXVIII. Obras de Regnard: comedias selectas, traducción de D. Cecilio Merino Ortiz. Tomo I. :CCXXIX. Obras de Regnard: comedias selectas, traducción de D. Cecilio Merino Ortiz. Tomo II. :CCXXX. Obras de Regnard: comedias selectas, traducción de D. Cecilio Merino Ortiz. Tomo III. :CCXXXI. Líricos y elegíacos latinos. Tr. Germán Salinas. Tomo I. Catulo, Tibulo y Publio Sirio. :CCXXXII. Líricos y elegíacos latinos. Tr. Germán Salinas. Tomo II. Propecio, Galo y Maximiano :CCXXXIII. Dramas de Enrique Ibsen. Tr. D. J. Pérez Bances. Tomo I. {{GB|9b8OAQAAIAAJ}} {{bdh|bdh0000171189}} :CCXXXIV. Antología de líricos ingleses y angloamericanos. Colección y colaboración de Miguel Sánchez Pesquera. Tomo I. :CCXXXV. Dramas de Enrique Ibsen. Tr. D. J. Pérez Bances. Tomo II. {{bdh|bdh0000171189}} :CCXXXVI. Dramas de Enrique Ibsen. Tr. D. J. Pérez Bances. Tomo III. {{GB|J8AOAQAAIAAJ}} {{bdh|bdh0000171189}} :CCXXXVII. Antología de los poetas líricos castellanos, por Marcelino Menéndez Pelayo. Tomo XIV. {{bdh|bdh0000012529}} :CCXXXVIII. Antología de líricos ingleses y angloamericanos. Colección y colaboración de Miguel Sánchez Pesquera.. Tomo II. :CCXXXIX. Obras de Ovidio traducidos y anotados por Germán Salinas. Tomo I. Los poemas erotícos de Ovidio :CCXL. Obras de Ovidio traducidos y anotados por Germán Salinas. Tomo II. Las Tristes y las pónticas :CCXLI. Antología de líricos ingleses y angloamericanos. Colección y colaboración de Miguel Sánchez Pesquera.. Tomo III. :CCXLII. Platón el divino : estudio preliminar a la traducción directa de sus "Diálogos" por Emeterio Mazorriaga. Tomo I. :CCXLIII. Platón el divino : estudio preliminar a la traducción directa de sus "Diálogos" por Emeterio Mazorriaga. Tomo II. :CCXLIV. Diálogos de Platón, traducción de Emeterio Mazorriaga. Tomo I. :CCXLV. Diálogos de Platón, traducción de Emeterio Mazorriaga. Tomo II. :CCXLVI. Antología de líricos ingleses y angloamericanos. Colección y colaboración de Miguel Sánchez Pesquera.. Tomo IV. :CCXLVII. Las siete tragedias de Sófocles. Tr. de José Alemany Bolufer. {{at|Las siete tragedias de Sófocles - Biblioteca Clásica - CCXLVII (1921).pdf}} :CCXLVIII. Antología de líricos ingleses y angloamericanos. Colección y colaboración de Miguel Sánchez Pesquera.. Tomo V. :CCXLIX. Antología de líricos ingleses y angloamericanos. Colección y colaboración de Miguel Sánchez Pesquera.. Tomo VI. :CCL. Antología de líricos ingleses y angloamericanos. Colección y colaboración de Miguel Sánchez Pesquera.. Tomo VII. :CCLI. Las obras completas del Emperador Claudio Flavio Juliano, vulgarmente llamado El Apóstata, tr. por Ezequiel Spanheim y precedidas de un prólogo por R. Cassinos Assens. Tomo I. :CCLII. Las obras completas del Emperador Claudio Flavio Juliano, vulgarmente llamado El Apóstata, tr. por Ezequiel Spanheim y precedidas de un prólogo por R. Cassinos Assens. Tomo II. :CCLIII. Obras de Ovidio traducidos y anotados por Germán Salinas. Tomo III. Los fastos. El ibis. El nogal. El pescador. :CCLIV. Literatura persa: los misterios, colección de "teaziés" inspiradas en la trágica muerte de Alí y de sus hijos, por primera vez puestos en castellanos, precedidos de un prólogo y enriquecidos con notas por R. Cansinos-Assens. :CCLV. Dramas de Enrique Ibsen. Tr. D. J. Pérez Bances. Tomo IV. {{bdh|bdh0000171189}} :CCLVI. Dramas de Enrique Ibsen. Tr. D. J. Pérez Bances. Tomo V. {{bdh|bdh0000171189}} :CCLVII. Instituciones militares de Flavio Vegecio Renato. Tr. del latín y precedidas de una historia del arte militar en la Roma Clásica por José Belda Carreras. [[Categoría:Publicado en España]] [[Categoría:Colecciones literarias de España]] km4vfi7iffdffxdtvpvtpyrwlik4750 Usuario discusión:VirguloMane 3 290678 1248440 1247651 2022-08-06T08:48:16Z VirguloMane 81837 /* Aviso */ Respuesta wikitext text/x-wiki <div style="border: solid red 1px; background:#FFE4C4; padding: 5px;"> {| style="font-size:95%;" class=toccolours | '''{{PAGENAME}}''', te damos la bienvenida a '''Wikisource en español'''. Esta es tu página de discusión, que te servirá para recibir mensajes de otros usuarios que quieran contactar contigo. Además, tienes tu '''[[Usuario:{{PAGENAME}}|página de usuario]]''', donde puedes poner tus datos, intereses, los idiomas que hablas, etcétera. 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Te agradeceré que no vuelvas a trasladar de esa forma, y mirando tus contribuciones, a no editar arbitrariamente sus nombres. Si reiteras estas ediciones, serás bloqueado. [[Usuario:Shooke|Shooke]] ([[Usuario discusión:Shooke|discusión]]) 13:45 23 jul 2022 (UTC) :!? 'Okis'', pero estas formas con varios "equis" corresponden a nada, no !? [[Usuario:VirguloMane|VirguloMane]] ([[Usuario discusión:VirguloMane|discusión]]) 13:48 23 jul 2022 (UTC) ::Podes consultar acerca de su uso en [[Ayuda:Formato de texto#Tamaño del texto]] [[Usuario:Shooke|Shooke]] ([[Usuario discusión:Shooke|discusión]]) 13:52 23 jul 2022 (UTC) :::? Ok, pero podriamos utilizar varias "i griegas" (Y / y), para camlbiar de las equis que vuelven a recordar demasiado a los numeros romanos, no ? [[Usuario:VirguloMane|VirguloMane]] ([[Usuario discusión:VirguloMane|discusión]]) 08:48 6 ago 2022 (UTC) lmgn8pjy2btojgmrup7czklx6k8btp0 Página:Félix José de Augusta - Lecturas Araucanas.pdf/242 102 291011 1248403 2022-08-05T14:09:18Z Ignacio Rodríguez 3603 /* Corregido */ proofread-page text/x-wiki <noinclude><pagequality level="3" user="Ignacio Rodríguez" />{{cp||APENDICE|237}}</noinclude>En el sermón noveno combate el mismo Autor enérgicamente la creencia de los indios en un Mareupuante (''Maréupu antù'') el cual para ellos era hijo del sol y daba la vida á los terrenales. No hemos dado con esta figura mitológica en ninguna otra obra que trata de la materia. Hemos consultado á un indio de Panguipulli de unos sesenta años. Este nos dijo que ignoraba lo del Mareupuantù. Advertimos luego que el P. Havestadt interpreta en su vocabulario el término maréupu antù „''ranulae, quas superstitiose coiunt'', ranas pequeñas que veneran supersticiosamente“. Mas es inverosímil que el P. Valdivia se hubiese referido á estas ranitas al hablar del „Maréupu ante“. Dichas ranas tal vez aún no tenían este nombre en su tiempo ó en los pasajes que él recorrió. El término se compone de ''maréupu'' y de ''antù''. ''Antù'' es el sol. ''Maréupu'' es usado á veces en lugar de ''mari epu'' (doce). El P. Febrés en su diccionario trae: „''marepu'', ó ''majepu'' <ref>La ''j'' tiene pronunciación francesa.</ref>, por ''mari epu'', es doce; usan de esta voz repetida majepu, majepu, cuando sacan camarones, por abusión ó monería, como si con esto hubiesen de sacar doce cada vez.“ <ref>P. Painemilla llama ''daqllu'' el camarón de los esteros y ''masheu'' el de las vegas. Puede ser, pues, que con aquella monería se les haya pegado el nombre mashéupu á los de la vega, ó también que Febrés se haya equivocado.</ref> Mas importante para nuestra cuestión es saber que ''maréupu'' significa según nos asegura P. Painemillla Ñ. la doble fila de los cántaros con chicha que se ponen en las rogativas, con cuyo contenido se hacen aspersiones hacia la salida del sol, acompañadas de invocaciones dirigidas al Ng'nechen ó tal vez á los espíritus. En Panguipulli llaman marehuepull (''marewepull'') tanto el mudai que hay en los cántaros como las tortillas que se colocan en el lugar sagrado y en cuya fabricación las indias entonan cánticos tan conmovedores para el corazón del indio como los de los bardos lo fueron para los antiguos celtas. ''Maréwepull'' empero no puede ser otra palabra que ''maréupull''. Probablemente es la ll terminal residuo de ''llaŋka'' apocopado, formando ambas, palabras una combinación de significado parecido al de ''llaŋka píuke'' y ''malwellaŋka'' <ref>Véase pg. 38 las últimas tres lineas del texto araucano y la nota 4 que se encuentra pg. 39.</ref>. {{np}}<noinclude>{{listaref}}</noinclude> 490nsqfn36uwra8wp8iao1daivkjado Página:Félix José de Augusta - Lecturas Araucanas.pdf/243 102 291012 1248404 2022-08-05T14:50:16Z Ignacio Rodríguez 3603 /* Corregido */ proofread-page text/x-wiki <noinclude><pagequality level="3" user="Ignacio Rodríguez" />{{cp|238|APENDICE}}</noinclude>La palabra ''antù'' es según el P. Havestadt de orígen quichua. Copiamos lo que tiene consignado á este respeto en la pg. 188 del tomo primero de su gramática: „Tiene (el idioma araucano) por el comercio que había entre Chilenos y Peruanos unos términos de la lengua quichua; e. gr.: ''Apo'' gobernador, ''tupu'' legua, ''antù'' sol, ''atahuall'' v. ''achawall'' gallina etc.“.<ref>Es taducción del latín.</ref> Como no conocemos el quichua, fiamos en la autoridad del relator. Ni ''Apo'' ni ''tupu'' se conocen con el significado citado en las partes de la Araucanía donde hemos hecho nuestros estudios. ''Atahuall'' es una parte constitutiva del nombre Atahualpa cuyo portador fué el famoso Inca á quien Francisco Pizarro mandó ahorcar. Es muy obvio pensar que los incas hubiesen traido las gallinas al norte de Chile y con la especie el nombre. Pero lo mismo no se puede decir del sol ''antù''. No hay sinónimo por el término ''antù'' en toda la extensión donde se habla el araucano, á menos que se quisiera tomar en consideración el término pañi (''pañù'') que significa los agradables efectos del sol sin viento para cuyo goce la familia araucana saca los pellejos y se sienta en el suelo fuera de la casa. O debemos aceptar un más estrecho parentezco entre ambos idiomas, el quichua y el araucano, ó admitir el fenómono de que el culto del sol de los incas haya echado ya en tiempos remotos tan profundas raízes en la raza araucana que ha hecho desaparecer hasta el nombre primitivo de la lengua araucana que designaba el astro del día, ó —¡qué atrevimiento!— los incas que llevan el nombre araucano de auxiliador, no han caido del sol, sino nacido del suelo araucano: todo esto supuesto que sea cierto que ''antù'' es también palabra quichua. Además, ¿qué razones determinarían al P. Luís de Valdivia á decir á los araucanos que ni el sol ni la luna, ni el lucero ni el rayo son dioses? ¿Díjolo solamente para impedir que no cayesen en los errores de la religión de los incas, ó porque ellos en realidad miraban el sol como un dios? A nuestro parecer el mito del Mareupuantù, como hijo del sol, cuadraría muy bien en el sistema de la mitología araucana como<noinclude>{{listaref}}</noinclude> tm43go79vq8zt7nz7adw8o11uy5eq84 Página:Félix José de Augusta - Lecturas Araucanas.pdf/244 102 291013 1248405 2022-08-05T15:47:03Z Ignacio Rodríguez 3603 /* Corregido */ proofread-page text/x-wiki <noinclude><pagequality level="3" user="Ignacio Rodríguez" />{{cp||APENDICE|239}}</noinclude>se ofrece hoy día: El Ng'nechen que es hombre y mujer, tiene hijo que sería el Mareupuantù que dió la vida á los hombres y á quien se refiriese el sacrificio incruento del ''maréupu'' ó ''marewepull'' sin que de eso se diesen cuenta los araucanos modernos. Ni estorba el que es hijo supuesto del sol; pues, bien que es cierto que los indios no creen que el sol material sea dios, tampoco puede negarse que sus actos de culto se dirigen hacia el sol, pues el ''marewepull'' se lleva procesionalmente hasta la salida del sol, la oreja del cordero victimado se eleva hacia allá, las invocaciones al Ng'nechen se dirigen hacia el mismo lado, los espíritus convertidos en pájaros llevan la denominación de pájaros del sol, porque allí se detienen, cerca del Ng'néchen y desde allí prestan auxilio á los hombres. {{línea|3em}} {{t3|II. DIEGO DE ROSALES.}} {{t4|Historia General de el Reyno de Chile. Libro I. Cap. 29.}} 1. Son estos indios de Chile los más bárbaros de las Indias; porque ni conocen al verdadero Dios, ni tienen otros dioses falsos ni ídolos que adorar, y assi no saben de religión, culto ni adoración, ni tienen sacrificios, ni offrendas, ni invocaciones. Solo invocan al ''Pillan'', y ni saben si es el demonio ni quien es; mas, como se les aparece a los hechizeros y les habla, les da a atender que es alguno de sus parientes o caciques difuntos, y como a tal le hablan. sin hacerle adoración. Y como no han tenido noticia del verdadero Dios, assi tampoco la han tenido de los angeles, ni de los buenos que nos guardan di de los malos que cayeron y nos persignen.... el consiguiente, no saben de pena.“ 2. En la continuación se extiende el Autor más ampliamente sobre la suerte que según creencias que encontró entre los araucanos, corren las almas de los difuntos, distinguiendo tres clases: los caciques y gente noble, los soldados, y finalmente la gente plebeya, hombres y mujeres... „Los caciques, dizen, que en muriendo se convierten sus almas en Moscardones<ref>Véase: Nuestros textos pg. 35, primera linea.</ref> y que se quedan en los sepulcros, y de allí salen<noinclude>{{listaref}}</noinclude> iviidymz9a09dwnh7nlg1ccxzgxnv6x Página:Félix José de Augusta - Lecturas Araucanas.pdf/245 102 291014 1248406 2022-08-05T15:49:42Z Ignacio Rodríguez 3603 /* Corregido */ proofread-page text/x-wiki <noinclude><pagequality level="3" user="Ignacio Rodríguez" />{{cp|240|APENDICE}}</noinclude>a ver a sus parientes y se hallan con ellos en las fiestas y las borracheras; y assi en ellas el primer jarro de chicha que han de beber suelen derramar parte de él ó todo para que beban sus caciques y parientes diffuntos. Y en sus casas cuando almuerzan y beben el primer jarro de chicha, meten primero el dedo y asperjan (como cuando echamos agua bendita) a sus diffuntos, diziendo ''Pu am'', que es como brindando a las almas, que con esta palabra ''am'' significan las almas de los diffuntos. Y los hechiceros, en todas las invocaciones que hazen, llaman a las almas de los diffuntos diciendo ''Pu am'', no al Demonio expresamente, que no le conocen, aunque él es el que les habla y les da a entender que es alguno de sus diffuntos. Y lo mismo entienden por el Pillan, a quien tambien invocan, porque los volcanes que ay en este Reyno, que son muchos y echan fuego, humo y azufre, dizen que son algunos de sus caciquos diffuntos que habitan en aquellos volcanes y arrojan fuego quando se enojan. Y assi quando invocan al Pillan ni llaman a Dios ni al diablo, sino a sus caciques diffuntos que se han convertido en volcanes: que todos estos herrores les enseña el demonio a los hechiceros, a quienes se apareze cercado de fuego y en otras varias figuras, ya de niños<ref>El anchimallen p. ej. es, según Pascual Painemilla Ñ. un pigmeo que aparece. Debería verse la seriedad con que aseveran y defenden la realidad de sus apariciones.</ref>, ya de pájaros<ref>Véase pg. 35, No. 15 y nota 3. de nuesros textos.</ref>. {{línea|3em}} {{t4|Suerte de las almas de los indios soldados.}} Las almas de los indios soldados, que como valerosos muere: en la guerra, dizen que suben a las nubes y se convierten en truenos y relámpagos. Y que allá prosiguen con la ocupación que aca tenian de el exercicio de la guerra, y lo mismo dizen que les sucede a los Españoles que mueren en ella, que suben a las nubes y alla están peleando con los indios. Y a unos y a otros llaman Pillan. {{línea|3em}} {{t4|Suerte de la gente plebeya.}} Dizen que en muriendo van sus almas a la otra banda de mar a comer papas negras. Que fingen unos campos, no Eliseos, ni de-<noinclude>{{listaref}}</noinclude> tehmmpklncwiea0uc3iz48xa4nmnu1m Página:Félix José de Augusta - Lecturas Araucanas.pdf/246 102 291015 1248407 2022-08-05T16:41:22Z Ignacio Rodríguez 3603 /* Corregido */ proofread-page text/x-wiki <noinclude><pagequality level="3" user="Ignacio Rodríguez" />{{cp||APENDICE|241}}</noinclude>liciosos, sino que de la otra banda de el mar, están unos campos tristes, frios y destemplados, que aunque siembran en ellos no dan sino unas papas negras, y que con ellas solo se sustentan, y lo passan con trabaxo; aunque tambien tienen sus fiestas y borracheras las almas de los diffuntos, como acá los vivos, solo que la chicha, que es la bebida de sus fiestas, es negra como de muertos. Carezen en aquellos campos de leña, y para hacer fuego solo ay una muy mala de encender y moxada. Y el que de esta vida no lleva fuego no tiene alla ni con que calentarse en tan rigurosos frios como alli hace. Y assi para que tenga fuego en la otra vida le hacen encima de la sepultura al diffunto fuego por un año.... Persuadidades que las almas son corporeas ya que en otra vida comen y necesitan de abrigo...., les ponen a los diffuntos en las sepulturas los mexores vestidos que tenian en vida, las joyas y las armas, para que peleen; fuego para que con él alla se alumbren y hagan sus candeladas y comida para que coman. Y assi les llenan los sepulcros de cantaros, de assadores de carne, de aves, maiz, harina de cebada y lo demas que cada uno, segun su piedad y compassión que tiene al diffunto, le parece. Es cada entierro una borrachera que dura tres y cuatro dias, cantando las exequias al diffunto; para cuyo entierro hazen los poetas sus romances particulares, y se les pagan los parientes con chicha. Y despues le hazen al cabo de año, que es otra borrachera en que se juntan, como para el entierro, todos los parientes, y trahen muchas ovejas. carneros y chicha, y sobre la sepultura<ref>Es costumbre que hoy día existe aún en Panguipulli y tal vez también en otras partes; pero quitan la tierra, encima de la canoa en que yace el muerto.</ref> los matan y derraman la sangre para que tenga el muerto que comer. Y luego dan vueltas al rededor, llebando en las manos jarros de chicha, y como van passando van haziendo un razonamiento al diffunto, diziéndole la falta que hace y contándole lo que por acá a pasado desde que murió, y luego le echan la chicha diziéndole: que no dejará de tener sed, que beba. Y renovando la comida que tenia en la sepultura, le ponen otra fresca y nuevos cántaros de chicha. Con que le dejan para siempre. {{np}}<noinclude>{{listaref}}</noinclude> 75fax9zde8aj7xyc819pe1zwfncj6go Página:Félix José de Augusta - Lecturas Araucanas.pdf/247 102 291016 1248408 2022-08-05T16:45:50Z Ignacio Rodríguez 3603 /* Corregido */ proofread-page text/x-wiki <noinclude><pagequality level="3" user="Ignacio Rodríguez" />{{cp|242|APENDICE}}</noinclude>{{t4|Libro VIII. Cap. VIII.<br/>Ceremonias de los araucanos empleadas al jurar la paz.}} En el año 1641 el Marqués de Baydes hizo una paz con los indios. Del relato del autor sobre su concertamiento extraemos lo siguiente: „....fueron a una ramada capaz que estaba prevenida a hazer los juramentos y ceremonias de las pazes, conforme a los ritos y costumbres de los indios, que en semexantes ocasiones los señores de las tierras y los que dan la paz hazen a los forasteros agasaxo y offrecimiento de la cosa mas estimada que tienen, que son las ovexas que llaman de la tierra, mayores dos tantos que las ovexas de Castilla, con un cuello muy largo y cabeza pequeña. Y aunque esta offerta es ceremonia y offerta de unos indios con otros, y nunca offrecen ovexas de la tierra ni se los matan en su presencia a los españoles sino a los indios, todavia en esta ocasión, por salir de lo ordinario, offreció el cacique Antegueno<ref>Correctamente: Antùwenu.</ref>.... una ovexa blanca como la nieve al Marques y puesta en su presencia la dió con un garrote en la cabeza, y cayendo aturdida la sacó con presteza el corazón, y untando con su sangre el canelo, dió al Marques el canelo y el corazón. Y al mismo tiempo mataron otros caciques treinta y dos ovexas, todas blancas, y se las dieron a los dueños de nuestras provincias, los indios amigos de Arauco y San Cristóval..... Aviendo muerto todas estas ovexas las llevaron arrastrando para dárselas a los caciques amigos, y juntamente les dieron los corazones palpitando, los cuales iban pasando de mano en mano por todos los indios de sus parcialidades y luego los partían en menudos pedazos, y lo mismo hazian de las ovexas, para que cada uno tocasse algun pedazo, por pequeño que fuese, que con eso quedaban obligados cuantos alcanzaban algun pedazo de el corazon y del cuerpo y de aquella ovexa a hacer un cuerpo y ser de un corazon con los que la offrecieron, para el servicio de Dios y de el Rey, con obligación tan estrecha, que es como un juramento y una confederación, y le dizen al que ha recibido un pedacito de aquellos, que llaman ''Curucul'': „hasta la muerte no nos hemos de apartar; y<noinclude>{{listaref}}</noinclude> nrggm5w1qhbvy5ipefbe3xx86ajbtha Página:Félix José de Augusta - Lecturas Araucanas.pdf/248 102 291017 1248410 2022-08-05T17:04:46Z Ignacio Rodríguez 3603 /* Corregido */ proofread-page text/x-wiki <noinclude><pagequality level="3" user="Ignacio Rodríguez" />{{cp||APENDICE|243}}</noinclude>en señal de eso recivisteis ese pedazo de el corazon ó de la ovexa. Y de esta suerte se convocaban antes para la guerra, y era ley inviolable salir a ella en recibiendo un pedacito...... Hizieron despues de esto un hoyo y enterraron en él sus flechas, toquis, y otros instrumentos de guerra, y lo mismo hizieron los españoles por conformarse con sus ceremonias, que echaron en aquel mismo hoyo, valas, hierros de lanza, dagas y cuerda, y plantando sobre todos estos instrumentos de guerra un ramo de canelo con sus raices, simbolo de la paz, dieron a entender que ya la guerra y los instrumentos de ella quedan enterrados de entrambas partes etc..... {{línea|3em}} {{t3|III. P. BERNARDO HAVESTADT, S. J.,}} {{t4|Chilidúŋu 1777.}} :El Autor dice 1°. en pars IV de su obra, sobre la palabra ''Deus''. Dios: <ref>Es traducción del latín.</ref>„Los indios de Chile no tienen vocablo que contenga y comprenda en sí todo el significado de la palabra de Dios“. Tienen ellos, sí, nombres de algunas causas universales en uno que otro órden, pero de una causa universalísima y en todo órden, esto es, de una causa única y exclusiva, además dicen, que son ó han sido meros hombres, ó ciertas cosas animadas ó inanimadas de otra naturaleza. E.g.: ''ngen Huenn'' aquél que gobierna y preside los fenómenos aéreas, las nubes, lluvias. ''Nguenpiru'' aquél que tiene potestad sobre gusanos; ''Nguen co'' el conservador de las aguas. Nombran tambien á ''Pillan'' al cual atribuyen los fenómenos más importantes é insólitos. Pero carecen de término que responda en toda su extensión al concepto de Dios, por lo cual hay que valerse siempre de esta palabra.“ 2. En la II.a parte de la misma obra en unas notas que encabezan el „Indiculus universalis R. P. Francisci Pomey Soc. Jesu in Linguam Chilensem translatus etc. bajo el número 300, 3tio. „Como que entre los indios de Chile no florece ni se encuentra religión ni culto alguno, sino una pura ignorancia más o menos<noinclude>{{listaref}}</noinclude> szvz06717y8lgz6f4ja6uloisjjy8ba Página:Félix José de Augusta - Lecturas Araucanas.pdf/249 102 291018 1248411 2022-08-05T17:06:51Z Ignacio Rodríguez 3603 /* Corregido */ proofread-page text/x-wiki <noinclude><pagequality level="3" user="Ignacio Rodríguez" />{{cp|244|APENDICE}}</noinclude>culpable, y solamente alguna aplicación á las cosas domésticas, no se encuentran términos que reproduzcan los conceptos de templo, altar, sacrificio, víctima, ofrenda y semejantes, ni otras que se puedan aplicar á las cosas sobrenaturales, como espíritu, gracia, gloria, virtudes, vicios etc. en el sentido teológico. {{línea|3em}} {{t4|Observaciones sobre los datos extraidos de las obras del P. de Rosales y del P. Havestadt.}} Las indagaciones sobre las deidades de los araucanos han resultado negativas en las obras de ambos autores. No han observado ellos durante los largos años que pasaron entre los indios y á pesar de que poseían su idioma, ninguna clase de divinidades ni de culto, ni tampoco el conocimiento del demonio. Los únicos datos positivos se refieren á la subsistencia del alma después de la muerte, creencia generalmente adoptada por los indios, la cual mucho influía en sus costumbres y actos políticos y que existe aún más o menos en la misma forma que antes. No aluden estos Autores ni ligeramente al Ng'nechen ó Ng'nemapun, ni al Mareupuante. Solamente hacen mención del ''Pillan'', pero dicen que no es tenido por un dios, sino por algun cacique difunto y que además es múltiple, transformándose en pillañes unos caciques y los guerreros tanto araucanos como españoles. ¿Comprueban estos testimonios negativos que no existía la creencia en el Ng'nechen ni el culto respectivo en la época en que vivían aquellos Padres? ¿Es específicamente cristiana la idea de esta deidad, y se habrá introducido en la mente de los indígenas mediante la predicación del Evangelio? Decimos que nó, y para probarlo ofrecemos los argumentos siguientes: El Ng'nechen no se parece tanto al Dios de los cristianos, como al dios cuya existencia profesan los descristianizados que aseveran: „Sí, hay un dios, y si no lo hubiera, se debería hacer uno“; pero que á la vez niegan que es un ser moral y que su esencia es la santidad: El indígena infiel no pide á su Ng'nechen sino ventajas materiales y alejamiento de males materiales, pero nunca perdón<noinclude></noinclude> cmaqiwg991s3fuvjqt9teew40jkv0jq Página:Félix José de Augusta - Lecturas Araucanas.pdf/250 102 291019 1248412 2022-08-05T17:09:59Z Ignacio Rodríguez 3603 /* Corregido */ proofread-page text/x-wiki <noinclude><pagequality level="3" user="Ignacio Rodríguez" />{{cp||APENDICE|245}}</noinclude>gracia, virtud, gloria eterna, es porque tampoco mira á Dios como un ser moral. Lo mismo se da á conocer también en que la suerte de los difuntos en la otra vida no es determinada por su bondad ó malicia, sino por la riqueza ó el estado á que pertenecían durante su vida mortal<ref>De los hechiceros creen que estén en el volcan, pero no dicen que estén padeciendo allí.</ref>. El término „rey“ que figura como uno de los elementos en las denominaciones que dan al Ng'nechen<ref>Véase: pg. 6 No. 13 y pg. 35 No. 17.</ref>, es de origen español, no hay duda, pero solo ha eclipsado á otro de orígen araucano de significación menos gloriosa, como ser Apo ó ulmen (''ùl·men''), y hay varias otras denominaciones tomadas únicamente de la lengua indígena. Si los indios hubiesen aprendido la creencia en el Ng'nechen de parte de los cristianos y no la hubiesen conocido antes, sin duda habrían adoptado el nombre de Dios; pues es regla que una nación, cuando adopta una idea ó concepto de otra nación, injerta á su idioma también el término que lo señala. El P. D. de Rosales no menciona el Huecube (''Wekufù'')<ref>Solamente una alusión al ''Wekufú'' encontramos en el libro III. cpt. IX donde narra un primer encuentro de los españoles con cierta tribú de indígenas y la impresión aterradora que recibieron éstos al ver las armas de aquellos y sus efectos, impresión que les hizo exclamar: „hullamos de estos pillanes,.... que desde lejos matan, y con un soplo ó ''guecubu'' invencible matan.“</ref> ni el machitun, mas no se puede inferir de su silencio que en su tiempo no hubiese existido la creencia en el uno ni la practica del otro. Además los indígenas hablan poco del Ng'nechen y no le dan culto sino en sus rogativas, y en ellas invocan al Ng'nechen con varios otros nombres, como también invocan á las almas de sus muertos para que intercedan con ''el dios'' á favor de los sacrificantes y sus familias. Ninguno de los cronistas ó gramáticos antiguos habla de estas rogativas en la forma en que se realizan hoy día, pero estas ceremonias que se hacen en ellas ya existían desde tiempo antiguo, como se ve en la narración del concertamiento de paz del Padre Rosales que hemos copiado. Creemos, pues, que los indios antiguamente no admitían á ningún cristiano para sus nguillatunes, porque temerían la profanación é irrisión de su culto, y por la misma razón Domingo Seg. Wenuñamko no accedió facilmente á hacernos las respectivas revelaciones. {{np}}<noinclude>{{listaref}}</noinclude> pttuccyoek3uw2eip3nvvvd4hta4qjh Página:Félix José de Augusta - Lecturas Araucanas.pdf/251 102 291020 1248413 2022-08-05T20:03:03Z Ignacio Rodríguez 3603 /* Corregido */ proofread-page text/x-wiki <noinclude><pagequality level="3" user="Ignacio Rodríguez" />{{cp|246|APENDICE}}</noinclude>Lo que el mismo Wenuñamko nos cuenta sobre el orígen de las rogativas lleva en sí el sello de la antigüedad. De los cristianos no aprendieron los indígenas los sacrificios de animales, y ¿cómo se les hubiera ocurrido ofrecer al Ng'nechen estos sacrificios si no hubiese sido costumbre heredada de sus antepasados? La fe en un ser supremo y el modo de honrarle con sacrificios es comun á todas las naciones antiguas, por lo tanto tampoco es de invención moderna para los indios, ni es algo adquirido por la educación, sino que lo han tenido desde el orígen del género humano. Asimismo no carecían enteramente de la ciencia del bien y del mal aunque ignoraban la ley cristiana. Pero el demonio ha logrado envolver su mente en tupidas tinieblas y adormecer sus conciencias de modo que ya no creen en la santidad de Dios ni temen su justicia, yerran en el modo de honrarle y no aspiran por conseguir la gloria. {{línea|3em}} {{t3|IV. STORIE DELLE MISSIONI APOSTOLICHE DELLO STATO DEL CHILE.}} {{t4|Opera di Giuseppe Salustj. Roma 1827.}} En la pg. 118 del tomo tercero habla el Autor en un extenso capítulo sobre el „''Sistema di Religione degli Araucani''“ del cual extraemos lo siguiente en traducción. <ref>Traducción del italiano.</ref>„Los Araucanos conocen un ser supremo, creador de todas las cosas, á que llaman Pillán, que quiere decir Espíritu por esencia. Danle los atributos de eterno, infinito, omnipotente y cualquier otro que es propio de la Divinidad Suprema. Mas, como no tienen otras ideas que las de su propio gobierno, dicen que Dios gobierna como lo hacen ellos: y que siendo El el ''Toqui'' (jefe) principal tiene bajo sus ordenes á los Apo-Ulmenes, los Ulmenes y en la mayoría de los lugares también á los Caciques, á los cuales confía el gobierno de las cosas de menor importancia. Todos estos ministros son estimados como otros tantos dioses subalternos, y á la clase de<noinclude>{{listaref}}</noinclude> ou2p0d7yrg3vebnrhj8yedetvaxe37o Página:Félix José de Augusta - Lecturas Araucanas.pdf/252 102 291021 1248415 2022-08-05T21:56:50Z Ignacio Rodríguez 3603 /* Corregido */ proofread-page text/x-wiki <noinclude><pagequality level="3" user="Ignacio Rodríguez" />{{cp||APENDICE|247}}</noinclude>ellos hacen pertenecer al ''Epunamun'' que es su dios de guerra, el ''Meulen'', dios benéfico, del cual imploran los araucanos todos los bienes y el Güecubu, Dios maléfico, al que atribuyen todas las causas de los males. Hé aquí el Maniqueismo ideado también por los araucanos, como se encuentra en todas las naciones bárbaras que no saben dar con el verdadero orígen del bien y del mal sin admitir la necesidad de dos principios, el uno bueno, y malo el otro. Como lógica consecuencia de su sistema que los hace uniformar el gobierno del cielo al de su nación, dicen los araucanos que, á semejanza de sus Ulmenes, ni el Pillan ni los demás dioses subalternos pueden imponer al hombre gravámen alguno. Esta es la causa porque viven sin templos, sin imágenes, sin sacerdotes y sin otra manifestación de religión, pareciéndoles ser una traba para su libertad. Ni suelen hacer verdaderos actos de culto, sino para concertar alguna paz que les interese, ó en otras necesidades graves del Estado: en cuyos casos sacrifican animales y queman tabaco cuyo humo estiman como el incienso más agradable á sus divinidades. Tal vez también en sus banquetes y en otras borracheras alegres se vuelven al cielo con el vaso en mano, y saludando al Pillan y á los demás Ulmenes subalternos, dejan caer por tierra un poco de vino, ofreciéndolo á su divinidad, con el fin de hacérsela propicia. {{línea|3em}} {{t4|Observaciones.}} El Autor ha tenido una feliz idea ordenando y subordinando en un sistema las „divinidades“ araucanas, pero para corresponder á la realidad debía haber dado el lugar predominante en su sistema al Ng'nechen. No lo conocía; mas éste era sin duda, en la idea de los araucanos, el ser supremo. No es de admirar que la creencia de los indígenas en el Ng'nechen se haya escapado á la observación del Autor y de sus informantes, ya que es tan escaso el culto que le tributan los indios, y ya que su propio nombre Ng'nechen, dominador de los hombres, no le da á conocer tampoco como ser supremo; pues, si bien lleva el nombre de Dominadoor de los hombres ó del mundo, hay muchos otros seres que según la idea supersticiosa de los indios<noinclude></noinclude> 1mro35wtakr25s3lbcf17zw9s8yn1lo Página:Félix José de Augusta - Lecturas Araucanas.pdf/253 102 291022 1248416 2022-08-05T21:59:42Z Ignacio Rodríguez 3603 /* Corregido */ proofread-page text/x-wiki <noinclude><pagequality level="3" user="Ignacio Rodríguez" />{{cp|248|APENDICE}}</noinclude>ejecutan también algunos de los poderes que nosotros atribuimos á Dios y que merecen por lo tanto á lo menos en sentido restringido el mismo nombre de ''Ŋənechen'' ó ''Ŋənemapun''. Pues al Ng'nechen, y no al Pillan, se subordinan las almas transformadas en pájaros ó moscardones que suponen que vienen de la región del cielo, los pillañes, los cheurfes, los nguenhuenu, nguenco, nguenlafquen, nguencutran etc., y el Huecufù con los demás espíritus malos y los hechiceros que dependen de él: un ejército de seres que tienen influjo ante el Ng'nechen ó que ejercen un dominio independiente de él: los unos amigos, los otros adversos al hombre. Justificaremos el papel subordinado que atribuimos al Pillan en la monografía que va á continuación. {{t4|Estudio sobre el Pillañ.}} No hemos podido obtener de los indígenas costinos una explicación satisfactoria de la idea que ellos tienen del pillañ: de la naturaleza de ese ser ni de sus cualidades etc.. Sólo recordamos alguna pregunta: ¿Es Dios el Pillañ?, respondiendo ellos con admiración: „¿Es Dios el Pillañ? ¡Quién sabe si es Dios!“ En cierta ocasión se óyo un trueno, y nos dijo nuestra cocinera, que era indígena: „Los mapuche dicen cuando truena: Ahora sube el Pillañ al cielo.“. Los costinos llaman deguiñ (''deqiñ'') á los volcanes, mas en Panguipulli los llaman pillañes ó ''dewiñ''. Preguntamos, pues, á Domingo Wenuñamco, si los mapuche creen que el Pillan es Dios ó vive en los volcanes. „Nó“, nos contestó, „pillañes son los volcanes; allí dentro están los hechiceros, los brujos y malvados“. Mas, si están allí detenidos en calidad de reos ó si el volcán es su taller en que forjan sus maldades, no lo hemos podido averiguar. Consultamos también á Tadeo Huenunguir, del mismo Panguipulli. Este nos dijo más ó menos, que los ''mapuche'' entendían por ''pillañ'' á todos los fenómenos igneos, como el fuego del volcan, los relámpagos y otras luces que suelen ver los indígenas, y que con estos fenómenos los espíritus dan á conocer que están enojados. Le expresamos nuestra extrañeza porque los indígenas no invocan al Pillañ en sus nguillatunes, á lo cual nos contestó que el<noinclude></noinclude> tg5t9mqcr6uqbqtfy53za0l85dn37jl Página:Félix José de Augusta - Lecturas Araucanas.pdf/254 102 291023 1248417 2022-08-05T22:21:19Z Ignacio Rodríguez 3603 /* Corregido */ proofread-page text/x-wiki <noinclude><pagequality level="3" user="Ignacio Rodríguez" />{{cp||APENDICE|249}}</noinclude>nguenpin lo hace, cuando ofrece el animal para todos. Sería, pues, interesante conocer en qué forma invoca éste á los pillañes. Domingo Wenuñamko no lo trae en su relato: dijo que no lo sabía bien. pero parece que se recelaba en comunicarlo, pues se hizo rogar mucho para darnos el relato respectivo. {{línea|3em}} Sin duda, el P. Diego de Rosales ha dado en el blanco en esta materia, diciendo que los pillañes eran en la idea de los indígenas unos caciques muy antiguos y los soldados araucanos y españoles que caían en las guerras. El P. Luís de Valdivia explica en sus pláticas á los araucanos que el ''Pillañ'' y el ''Wekufù'', venerados por ellos, en realidad no eran otra cosa que el diablo, el cual en sus revelaciones, hechas á los hechiceros, ya les decía que se llamaba ''Pillañ'', ya que se llamaba ''Wekufù''; sin embargo al hablar del diablo siempre se sirve de este mismo término y no confunde al diablo con el Wekufù ó con el Pillañ. El P. Havestadt ya introdujo en sus pláticas<ref>Hay que advertir que las pláticas antiguas han de usarse con discreción para que p. e. no se caiga en el desatino de que se diga á los indígenas que el diablo fué echado del infierno, queriendo decir todo lo contrario: que fué arrojado al infierno.</ref> el término ''Pillañ'' en el significado de demonio. El P. Febrés dice en su diccionario: „''Pillañ'', ''pillan'', llaman al diablo, ó á una causa superior que dicen hace los truenos, rayos, relámpagos, y reventazones de volcanes, y á estos mismos efectos también los llaman ''pillañ''.“ En el exámen para la confesión pregunta, si lo han adorado ó suplicado. En su primera plática, añadida á su gramática dice el mismo Autor, hablando de los ángeles rebeldes: „''Pillañ getuign'' (se volvieron pillañes), y continúa: ''pu diablo lle'' (que son los diablos). Mas en adelante no vuelve á llamarlo así, y usa el término castellano. Para él y el P. Luís de Valdivia ''alhue'' es el demonio, término que hoy día tiene el sentido de fantasma del muerto (=''am''), y que<noinclude>{{listaref}}</noinclude> 0wix6zwp3miezxxoolpw4dg9ip72uyp Página:Félix José de Augusta - Lecturas Araucanas.pdf/255 102 291024 1248421 2022-08-05T22:31:57Z Ignacio Rodríguez 3603 /* Corregido */ proofread-page text/x-wiki <noinclude><pagequality level="3" user="Ignacio Rodríguez" />{{cp|250|APENDICE}}</noinclude>es muy usado en la combinación ''witranalwe'', almas migratorias, de que los hechiceros tienen un gran surtido, con que matan á quienes quieran matar, ó que por pago prestan á los interesados para el mismo fin. Estos ''witranalwe'' son muy hábiles para matar haciendo agujeros en el corazón de la víctima y chupando la sangre á la manera de vampiros, cosa que los indíjenas seriamente pretenden poder probar con los corazones de los muertos, atribuyendo á efecto de los ''witranalwe'' las cavidades naturales del corazón. En pg. 9 n.o 3 de nuestros textos referimos un ejemplo de los sueños visionarios que suelen tener las machis de la costa. Allí figura el ''Rekùl-pillañ-wentru'' como un ser que exige que se le hagan rogativas, y en cambio promete fertilidad de los campos y fecundidad en la procreación de los animales domésticos. Por lo que siempre oíamos decir, creíamos que el ''Rekùlpillañwentru'' tanto, como el ''Trañmal·eufù'' y el ''Wirkal·eufù'' de que los indígenas hacen mención bajo el mismo concepto, eran tenidos por dioses. Pero desde que nuestro relator de Panguipulli nos observó que el ''Wirkal·eufù'' y el ''Trañmal·eufù'' eran unos antepasados insignes, de que las machis creen ó fingen descender, juzgamos que lo mismo ha de admitirse respecto del ''Rekùlpillañwentru'' siendo sta misma la opinión del P. Rosales respecto al Pillañ. Sin embargo debe entenderse que es el ''Pillan'', cuando las machis hablan del dios especial de su raza que hace bien especialmente á los indígenas. A esto parece oponerse la circunstancia de que en sus rogativas todas las invocaciones se dirigen al Rey Padre y la Reina Madre, esto es al Ng'nechen, pero en tales machis no hay percibimiento de inconsecuencias, sino sólo estupidez, confusión y diablura. En Panguipulli, como se ve en el relato respectivo y en la invocación del pájaro<ref>pag. 42</ref> invocan á los espíritus de sus difuntos y renuevan la amistad con ellos mediante los corazones de los corderos. Eso lo hacen con el fin de que no les hagan mal los pillañes y que intercedan por ellos con el Ng'nechen los demás espíritus, y por analogía ha de aplicarse lo mismo al nguillatun de los costinos respecto al ''Rekùlpillañwentru'' y compañeros, no son más que mocetones del ''Wenu Rey fùcha''. {{np}}<noinclude>{{listaref}}</noinclude> bzqc9as6j329rootiu620d96jrz5kdl Página:Félix José de Augusta - Lecturas Araucanas.pdf/256 102 291025 1248422 2022-08-05T22:36:23Z Ignacio Rodríguez 3603 /* Corregido */ proofread-page text/x-wiki <noinclude><pagequality level="3" user="Ignacio Rodríguez" />{{cp||APENDICE|251}}</noinclude>Aún nos queda otro material en apoyo de nuestra argumenmentación y que hace resaltar la superioridad del Ng'nechen sobre el Pillañ. En el cuento titulado „El viejo Latrapai“, pg. 225 de los Estudios araucanos por el Dr. Lenz, los dos yernos de aquel viejo caprichado se acercan á un roble alto y allí llaman hacia arriba para que se bajen dos hachas ''pillañ'' (''pillañtoki''), que tenían la virtud de voltear los árboles de un golpe, con las cuales querían desocuparse de una tarea sobrehumana, en materia de hacer roces, que les había impuesto su suegro malévolo y cruel. La súplica está dirigida varias veces á las hachas mismas, pero dos veces al Ng'nechen en estos términos: „''Fərenemuyu, Ŋənechen, naqelmupayu epu toki'' (Favocécenos, Dominador de los hombres, haznos bajar dos hachas). En nuestro cuento „''Menoko''“<ref>pg. 107, 14.</ref> también dos jovenes, en circunstancia análoga, invocan sucesivamente á la lluvia austral, á la nieve del sur y al ''pillantoki'' (hacha pillan) para que se bajen, aunque sin hacer mención del Ng'nechen. Si según la idea del indígena fuese el ''Pillañ'' sumo Dios, debería hacerse la súplica en estos términos: „''Naqelmupayu toki, Pillañ'', haznos bajar hachas, Pillanñ“. Pero atendiendo á la letra, las tales hachas pillañ pertenecen al arsenal del Ng'nechen. Ni puede traducirce „hacha del Pillañ, porque esto sería ''Pillañ ñi toki''. Ha de ser, pues, un hacha mágica, cuyos efectos recuerdan la extraordinaria fuerza de los sacudimientos volcánicos, relámpagos y truenos atribuidos al Pillañ como causa directa. En el nguillatun de Panguipulli se hace un ''pillañkutral'' <ref>pg. 37. No. 21.</ref> un fuego ''pillañ'', en el cual se asa la carne de la víctima y se queman sus huesos y entrañas para que el Ng'nechen le tome el olor y nada se profane de la víctima sagrada. Probablemente denominan así este fuego, porque ha de ser muy grande como el fuego del volcán (Pillañ). {{np}}<noinclude>{{listaref}}</noinclude> 4rcskowahi7ufjkdael57mzf0i0emdd Página:Félix José de Augusta - Lecturas Araucanas.pdf/257 102 291026 1248423 2022-08-05T22:42:24Z Ignacio Rodríguez 3603 /* Corregido */ proofread-page text/x-wiki <noinclude><pagequality level="3" user="Ignacio Rodríguez" />{{cp|252|APENDICE}}</noinclude>{{t3|V. L' ARAUCANIA.}} {{t4|Memorie inedite delle Missioni del F. F. M. M. Capuccini nel Chile. Roma 1890.}} Este opúsculo de 165 páginas en 8a, escrito en italiano, trata de las trabajos apostólicos de los Misioneros Capuchinos en las diferentes Estaciones de la Araucanía. En su interesante prefacio viene un capítulo titulado „Religione“, en el cual el ''R. P. Adeodato da Bologna'', que había trabajado cuarentidos años en dichas Misiones, escribe lo siguiente que reproducimos en traducción: {{línea|3em}} Cuando á principios del año 1849 arribamos á los encantadores bosques de la Araucanía, encontramos á los Araucanos infieles en mucha ignorancia respecto á las creencias de sus antepasados y á la vez muy tenaces en sus supersticiones. Ante todo no tenían idea clara de Dios, á quien denominaban ''Nughmapu'' <ref>Es un error. ''Nughmapu'' no significa nada. ''Naghmapu'' sería la tierra de acá. La verdadera palabra es ''Ng'nemapun'', usada aún hoy día en la subdelegación de Bajo Imperial.</ref> y ''Pillan:'' pero principalmente temían al Güecubu, esto es, al Espíritu maligno á quién creían autor de todas sus desgracias; mas no tenían ni templos, ni altares, ni sacerdotes, y su culto se reducía á ciertos sacrificios de animales que hacían á campo abierto con el fin de aplacar á los espíritus airados cuando ellos (los indios) estaban afligidos por las calamidades públicas, y á ciertas libaciones de chicha ó de aguardiente, que hacían bañando la mano en el licor y desparramando algunas gotas hacia el volcán de Villarica donde suponían que vivía el omnipotente Pillán. Tenían también la idea de un lugar privilegiado, escogído por los dioses para su residencia, y de que estos estuviesen en relación con los hombres por intermedio de ciertos espíritus que les servían de mensajeros. Confesaban asimismo la inmortalidad del alma y las penas y recompensas eternas después de la muerte, imaginándose que las almas destinadas á los gozos eternos, al separarse de los cuerpos, se trasladaban á una montaña misteriosa, situada en el medio del Océano. {{np}}<noinclude>{{listaref}}</noinclude> h15lknutw2hm35cr3po1d8uxgnpudkz Página:Félix José de Augusta - Lecturas Araucanas.pdf/258 102 291027 1248424 2022-08-05T22:47:01Z Ignacio Rodríguez 3603 /* Corregido */ proofread-page text/x-wiki <noinclude><pagequality level="3" user="Ignacio Rodríguez" />{{cp||APENDICE|253}}</noinclude>Mas, si por una parte, poco se preocupaban del culto de Dios, prestaban, por otra parte, una fe y obediencia ciegas á sus adivinos y brujos, cosa de que pude convencerme plenamente más tarde por muchos sucesos ocurridos durante mi estadía entre los indios en la Misión de (Bajo) Imperial. En 1856 tratábase de escoger cuatro mensajeros de entre los más diestros en hablar, los cuales debían acompañar al P. Constancio á la capital para gestionar con el Presidente de la República varios asuntos concernientes al bien común de los araucanos. Para hacer la elección, todos los caciques principales se constituyeron en asamblea en la vecindad de la Misióu. En esta circunstancia me encargó el P. Constancio, me trasladara á aquel lugar con el fin de anunciarles que los dichos mensajeros estuviesen listos para ir con él á Santiago dentro de tres días. Llegado al lugar de la reunión, en compañía de un capitán y un mozo, me presenté al cacique principal, de nombre Lemunao, al cual encontré en medio de un gran círculo de indígenas, en punto de celebrar una ceremonia religiosa según sus costumbres. Terminadas las salutaciones usuales, dije al cacique que tenía que manifestarle una cosa importante de parte de mi compañero; mas él contestó que por el momento le era imposible imponerse del encargo y que lo haría después de concluida la ceremonia. Yo entretanto me retiré del círculo y me senté debajo de un árbol aguardando que terminase esta fiesta diabólica. Poco después me trajo una india en un plato de palo algunas presas de carne de diferentes animales, no faltando carne de caballo con papas cocidas, y así me restauré juntamente con mis familiares. Hacia las tres P. M. me avisó el cacique que me presentaba al círculo, y luego monté el caballo y me aproximé. Entonces ví que en el medio habían plantado un árbol grande, al pié del cual estaba una machi, rodeada de las indias, que tenían pintadas las caras de color azul, y las cabezas adornadas con muchos adornos fantásticos, que suelen usar en las grandes solemnidades. Los hombres tenían también las caras pintadas, pero de rojo y negro. Habían guisado ya muchos corderos y ofrecido su sangre á Güecubu, autor del mal, y esparciendo en tierra algunas gotas de chicha, la bebieron y en seguida todos se pusieron á comer, pasando á la machi las presas mejores. Después de comer se levantaron todos,<noinclude></noinclude> 8avq5rq80c20ypbzxu87t8xmdasf6fw Página:Félix José de Augusta - Lecturas Araucanas.pdf/259 102 291028 1248425 2022-08-05T22:49:34Z Ignacio Rodríguez 3603 /* Corregido */ proofread-page text/x-wiki <noinclude><pagequality level="3" user="Ignacio Rodríguez" />{{cp|254|APENDICE}}</noinclude>y la machi subió en el árbol y allí se puso á mirar por todas partes como esperando la llegada de alguna persona: entretanto las mujeres con cajas pequeñas y los hombres con sus flautas hacían un ruido ensordecedor, bailando á la vez en torno del árbol y cantando á todo grito. Finalmente la machi hizo una señal de silencio, y todos se callaron. Entonces ella, con aire de pitonisa, se dió á profetizar, diciendo: „En este año no sucederán desgracias... no habrá guerra con los cristianos...“. Después de esto se volvió como estática, y entonces cuatro jovenes robustos se colocaron debajo de ella, teniendo extendida una cubierta de lana, sobre la cual se dejó caer la profetiza, y de ahí la deslizaron al suelo. Poco después volvió en sí, se puso en pié, y haciendo con la mano unas señas en el aire, empezó á cantar algunos hechos célebres de sus abuelos, y todos la acompañaron sus instrumentos y con gritos, brincando en torno de ella hasta que se cansaron. Después de nuevo se sentaron en tierra á comer y beber. Mientras yo estaba observando aquella función supersticiosa, se me acercó un indio borracho, de á caballo, y habiéndome saludado con el acostumbrado ''Mari mari'', me dijo: „¿Para que te has venido aquí? ¿Tal vez para conocer nuestros ritos y reirte de ellos? Retírate de este lugar, perro.“ Mi capitán le reprendió intimándole que respetara al Padre Misionero. Entonces aquél, fuera de sí en su estado ebrio, sacó un gran cuchillo para amenazarme; mas yo, echando el caballo á toda carrera, me escapé, y el capitán dió al cacique aviso de lo ocurrido. Después me volví á la junta, y con el favor de Dios regresamos sanos y salvos á la Misión, sin que yo hubiera podido desempeñar el encargo que se me había confiado. Es cierto que los araucanos en general respetan á los Misioneros, pero cuando están ebrios, se ponen insolentes con todos. En las frecuentes conversaciones que tuve después con los infieles, procuraba alejarlos de las tales supersticiones y les preguntaba: ¿Por qué ofrecéis en vuestras necesidades sacrificios al dios de lo malo, en vez de recurrir al Dios de los cristianos, el cual es el Creador y Gobernador providentísimo del universo?“ Me contestaban que lo hacían por aplacar al Güecubu airado en contra de ellos. Entonces les replicaba yo: „¿Cuál de los dos es más poderoso?“. A esta pregunta no sabían contestar, y yo tomaba de<noinclude></noinclude> ozb1qxv5nev1b9qlar5r6pdpepzv1a4 Página:Félix José de Augusta - Lecturas Araucanas.pdf/260 102 291029 1248426 2022-08-05T23:00:06Z Ignacio Rodríguez 3603 /* Corregido */ proofread-page text/x-wiki <noinclude><pagequality level="3" user="Ignacio Rodríguez" />{{cp||APENDICE|255}}</noinclude>esto ocasión para explicarles que su Güecubu era el demonio, lanzado del cielo á causa de su soberbia por el Dios de los cristianos. Mas para quitar de la mente de los infieles sus errores y costumbres inveteradas, no bastan las explicaciones de la verdad, sino que á más de la divina gracia se exige para eso una larga educación. Por eso mis palabras ni las de los otros Misioneros obtuvieron efecto alguno por entonces. {{línea|6em}} {{t3|VI. DEL MANUSCRITO INÉDITO DE UNA GRAMÁTICA ARAUCANA, COMP. POR EL MISIONERO CAPUCHINO R. P. OCTAVIANO DE NIZZA.}} El Autor de esta gramática vivió en la Misión de Purulón entre los indios Moluches desde 1873 hasta su muerte acaecida en el año 1903, después de haber servido á varias otras Misiones entre los años 1853 y 1873. En su obra nos proporciona los siguientes datos relativos al tema que tratamos: {{línea|2em}} Tres clases de dioses reconocen estos indios, á diferencia de los Maniqueos, que no conocían más que á dos, el Dios bueno y el dios malo. Su primer Dios, al cual le dan el nombre de Ng'nechen, es á su modo de ver el gran Dios de todo el mundo, el cual se halla en el sol. Desde ahí ve todas las cosas, lo gobierna todo y da la vida ó la muerte. No le dan culto alguno, le guardan sólo mucho respeto, gloriándose de conocerlo. Su segundo dios es aquél á quien llaman ''Pillan''. Este dios es solamente el dios de ellos, de su nación y de su tierra, no haciendo ningún caso de todos los otros que viven en otros lugares. Le consideran también como dios bueno, le respetan mucho y procuran no disgustarle, porque enojándose hace temblar el mundo, tronar los volcanes, haciendo que arrojen un humo muy negro y tupido, y que salgan grandes llamaradas, las que según ellos son producidas los indios malos que el Pillan sentenció á aquel lugar, y tam-<noinclude></noinclude> j1v0ncd5hv2ygk6ih9vuvhx28qxvfcc Página:Félix José de Augusta - Lecturas Araucanas.pdf/261 102 291030 1248427 2022-08-05T23:26:23Z Ignacio Rodríguez 3603 /* Corregido */ proofread-page text/x-wiki <noinclude><pagequality level="3" user="Ignacio Rodríguez" />{{cp|256|APENDICE}}</noinclude>bién por los brujos que allí son detenidos por mandato de los adivinos. El último dios ó ser invisible es aquél á quién titulan Huecufù. Ese es el dios malo de ellos, y por eso á él únicamente le ofrecen todos los sacrificios, la mayor parte sangrientos y bárbaros. A él le hacen rogatívas, que duran tres días y tres noches consecutivas á toda pampa, esté bueno ó malo el tiempo. Le dedican sus fiestas, sus bailes, sus cantos, su música para agasajarle, tenérselo por amigo, creyendo que en consideración de todo lo que hacen en su honor, no les hará daño, no les mandará la peste, no les hará secar sus siembras, no los hará enfermar y por fin no les hará morir. {{línea|2em}} {{t4|Observaciones.}} El Padre Octaviano es el primer escritor que deja constancia de la creencia de los araucanos en el Ng'nechen, y él y el P. Adeodato son los primeros que hablan de los nguillatunes en el sentido de sacrificios. Aquella creencia como hemos probado, existía siempre; sólo se había escapado á la observación. No es este un caso singular con los araucanos. También las tribus de aborígenes de Oceanía se consideraban hasta hace poco enteramente faltas de religión; mas guardaban como doctrina secreta muy preciosas tradiciones que todavía dan á conocer que también aquellas naciones habían recibido la revelación primitiva. Era necesario que vinieron los Misioneros y se ganaron con su dulzura y caridad apostólica la plena confianza de aquellos bárbaros para que mediante las revelaciones hechas á dichos Misioneros quedara probada la verdad disputada por los racionalistas, de que no hay ninguna nación sin dioses, y más aún: que no tenga ningún conocimiento, aunque confuso, del verdadero Dios. También los nguillatunes de los araucanos existían desde tiempo antiguo, y ya habían perdido su más grande brillo, cuando los escritores empezaron á hablar de ellos. También eso se vé bastante probado en pg. 31. No.10 y en el artículo 11 pg. 24. Mas, á nuestro juicio, están equivocados los P. P. Capuchinos italianos al afirmar que los nguillatunes se ofrecen al Wekufù. {{np}}<noinclude></noinclude> 5rgc59pgsppn3vbn3m60tomn09syxqh Página:Félix José de Augusta - Lecturas Araucanas.pdf/262 102 291031 1248428 2022-08-06T00:56:33Z Ignacio Rodríguez 3603 /* Corregido */ proofread-page text/x-wiki <noinclude><pagequality level="3" user="Ignacio Rodríguez" />{{cp||APENDICE|257}}</noinclude>El R. P. Adeodato no estaba presente durante los sacrificios, como él mismo escribe „que se retiró para no meterse en este culto diabólico“; luego no ha oido tampoco las oraciones de los sacrificantes. Asimismo el R. P. Octaviano establece su opinión sin comprobarla. Estaríamos de acuerdo con ambos, si hubiesen juzgado los sacrificios de los ''mapuche'' por un culto supersticioso de que el demonio no puede menos de complacerse. Pero el que se hubiesen ofrecido al ''Wekufù'', no lo admitimos; pues los indios rechazan indignados semejante suposición. En realidad se efectúan con el fin de paralizar el funesto poder del ''Wekufù''. ¿Qué clase de ser es propiamente el ''Wekufù'' en la idea de los araucanos? El P. Luís de Valdivia demuestra en sus pláticas á los indios la necedad y lo pecaminoso que hay en venerar é invocar al ''Wekufù'', pero no dice como lo hacían. El Padre Diego de Rosales no hace mención alguna del Wekufù en el capítulo que trata de la religión de los indios, aunque lo conocía<ref>Véase pg. 245, nota 3.</ref>, y hasta declara ahí mismo que los indios no concían al demonio. El P. Febrés dice en su diccionario: ''Huecufù'' las flechas, palillos y dientecillos que los Machis dicen que los sacan chupando: item, cualquiera enfermedad, ó cierta Deidad, ó ente de razon que fingen ser causa de muertes, enfermedades y trabajos.... etc.“ El P. Havestadt habla exactamente en el mismo sentido. Preguntándose á los indios mismos por el ''Wekufù'', contestan que es el Malo, y niegan con indignación que ellos le ofrezcan sus sacrificios. Por eso nos parece que los Padres se lo han atribuido equivocadamente, lo que es de disculpar porque los indios mismos son muy confusos en dar esplicaciones, no saben darse cuenta del ser que es objeto de su culto, y asimismo nunca se habrán formado idea sobre el origen del Wekufù, si es ser increado, principio del mal en el sentido del Maniqueismo, ni de dónde viene. Nosotros no hemos visto en los indios. sino manifestaciones de horror al pronunciar el nombre del Wekufù<ref name=notapg257>Concedemos que algunos dichos de ellos hacen suponer lo contrario. Un ejemplo se encuentra en el famoso libro del Dr. Lenz, Estudios Araucanos. En la primera pieza de lectura cuenta Domingo Quintuprai su viaje al país de los manzanos. Allí dice un cacique en una arenga, dirigida á sus nobles y mocetones,</ref>. {{np}}<noinclude>{{listaref}}</noinclude> lep930xw345scnhwc3hwc6nso59escb Página:Vida y escritos del Dr. José Rizal, por Wenceslao Retana.pdf/206 102 291032 1248432 2022-08-06T01:50:03Z Poppytarts 77352 /* Corregido */ proofread-page text/x-wiki <noinclude><pagequality level="3" user="Poppytarts" />{{cp|186|W. E. RETANA}}</noinclude>ambiciones de las Potencias del mundo en materia colonial, para deducir que á ninguna de las de Europa le convenía arrebatar á España las Islas Filipinas. Expone luego los peligros que correría el Archipiélago si se declarase independiente, y acaba por escribir estas proféticas palabras:— «''Acaso la gran República Americana, cuyos intereses se encuentran en el Pacífico y que no tiene participación en los despojos de África'', {{may|piense un día en posesiones ultramarinas}}». —Su maravilloso opúsculo concluye con este párrafo: «Y por eso nosotros repetimos y repetiremos siempre, mientras sea tiempo, que ''vale más adelantarse á los deseos de un pueblo'', que ceder: lo primero capta las simpatías y el amor; lo segundo, desprecio é ira. Puesto que es necesario dar á seis millones de filipinos sus derechos, ''para que sean ''{{may|de hecho}}'' españoles'', que se los dé el Gobierno libre y espontáneamente, sin reservas injuriosas, sin suspicacias irritantes. No nos cansaremos de repetirlo ''mientras nos quede un destello de esperanza''; preferimos esta desagradable tarea á tener un día que decir á la Madre Patria:— «España, hemos empleado nuestra juventud en servir tus intereses en los intereses de nuestro país; nos hemos dirigido á ti; hemos gastado toda la luz de nuestra inteligencia, todo el ardor y el entusiasmo de nuestro corazón para trabajar ''por el bien de lo que era tuyo'', para recabar de ti una mirada de amor, una política liberal ''que nos asegure la paz de nuestra patria y tu dominio sobre unas adictas, pero desgraciadas islas''. España, te has mantenido sorda, y envuelta en tu orgullo, has proseguido tu funesto camino y ''nos has acusado de traidores'', sólo porque amamos á nuestro país, porque te decimos la verdad y odiamos toda clase de injusticias. ''¿Qué quieres que digamos á nuestra miserable patria, cuando nos pregunte acerca del éxito de nuestros esfuerzos?'' ¿Les habremos de decir que, puesto que por ella hemos perdido todo, ''juventud, porvenir, ilusiones, tranquilidad, familia''; puesto que en su servicio hemos agotado todos los servicios de la esperanza, todos los desengaños del anhelo, que reciba también el resto, que no nos sirve, {{may|¡la sangre de nuestras venas!}} y ''la vitalidad que queda en nuestros brazos''? ¡España!, ¿le habremos de decir un día á Filipinas ''que no tienes oídos para sus males'' y que, si desea salvarse, {{may|que se redima ella sola}}?» ¡Y al que esto escribió, le fusilaron!… El diplomático y académico D. Sinibaldo de Más, hombre de nada común talento, proponía al Gobierno en 1842 (''¡en 1842!'') que diese á Filipinas una prudente autonomía que fuese preparando á aquel país para la independencia, y que, no muy tarde, se la concediese, á fin de que la conducta de España sirviera de ejemplo á las demás naciones, y, sobre todo, para<noinclude></noinclude> le3g7ipi7yxsgb74t4wddcav3c036vj Página:Vida y escritos del Dr. José Rizal, por Wenceslao Retana.pdf/207 102 291033 1248433 2022-08-06T02:08:34Z Poppytarts 77352 /* Corregido */ proofread-page text/x-wiki <noinclude><pagequality level="3" user="Poppytarts" />{{cp||VIDA Y ESCRITOS DEL DR. RIZAL|187}}</noinclude>que de España quedase en el Archipiélago una tradición honrosa<ref name="p207n227"/>. Pues bien: á D. Sinibaldo de Más se le ha catalogado entre<ref follow="p207n227"> La cita es larga, pero debemos reproducirla, con tanta más razón cuanto que son rarísimos los españoles que conocen el texto de la tercera parte de la obra de D. Sinibaldo de Más intitulada ''Informe sobre el estado de las Islas Filipinas en 1842'' (Madrid, 1843). Dice así:<br> «Al cabo de algunos años, cuando esté la población desbastada suficientemente, se formará una Asamblea de diputados del pueblo para que celebre sesiones en Manila durante dos ó tres meses cada año, en las cuales se tratará de los negocios públicos, particularmente de las contribuciones y presupuestos; y después de algún tiempo de tal educación política se podrá sin temor retirar nuestro Gobierno, fijando antes el que haya de quedar establecido, que probablemente sería alguna Constitución análoga á las de Europa, con un príncipe real al frente escogido de entre nuestros infantes.<br> »Mi tarea está concluida. Cuál de los planes arriba analizados sea más justo conveniente seguir, no me toca á mi recomendar, cuanto menos próponer.<br> »Añadiré, sin embargo, una página para emitir mi opinión ''como individuo de la nación española''. Si yo hubiese de elegir, votaría por el último. No sé qué beneficios hayamos reportado de las colonias: la despoblación, la decadencia de las artes y la deuda pública nos vienen en gran parte de ellas. El interés de un Estado consiste, á mi modo de ver, en tener una población densa y bien educada; y no hablo solamente de educación literaria y política, sino de aquella general que hace á cada uno perfecto en su oficio, quiero decir de aquella que constituye á un ebanista, tejedor ó herrero, el mejor ebanista, tejedor ó, herrero posible. El mayor o menor número de máquinas es en nuestro siglo un termómetro cuasi seguro para conocer el poder de los imperios.<br> »Una colonia no puede ser útil sino con el fin de llenar algunos de estos tres objetos. Hacer de ella un país tributario para aumentar la renta de la metrópoli (como efectúa la Holanda por medio de un sistema compulsivo y exclusivo); erigirla en segunda patria y sitio de emigración para la población sobrante (como son más particularmente la Australia, Van-Diemen y Nueva Zelandia); en fin, procurarse en ella una plaza para expender productos de las fábricas nacionales (que es el principal blanco de los establecimientos ultramarinos modernos). Para el primero ya hemos visto que las Filipinas son un pobre recurso y lo serán en mucho tiempo, y no me admiraré de que antes de perderlas nos cuesten, al contrario, algunos millones; para el segundo son innecesarias, pues no tenemos población sobrante de que descargarnos; y para el tercero inútiles, pues carecemos de manufacturas que exportar. Barcelona, que es el país más fabril de la Península, no tiene con ellas la menor comunicación directa; todo lo que se lleva allí desde Cádiz consiste en un poco de papel, aceite y licores; si no fuese por el tabaco, y los pasajeros que van y vienen, uno ó dos buques anuales bastarían para encerrar todas las especulaciones mercantiles entre ambos países. Algunos observarán, sin embargo, que si ahora nuestra industria está atrasada, podrá dentro de algunos años hallarse al nivel de las más perfectas y contar en Filipinas con un rico mercado… La separación no impedirá entonces esta ventaja; el comercio de Inglaterra con la América del Norte es ahora cien veces mayor que cuando obedecía á sus leyes. — Que si no tenemos población sobrante podremos tenerla dentro de un siglo… Entonces las Filipinas no estarán escasas de habitantes y sería preciso emigrar á las Marianas. — Que si dejamos el país pronto se perderá, por lo menos entre los naturales, la religión cristiana… Como no soy misionero, confieso que</ref><noinclude>{{Línea}}{{listaref}}</noinclude> awpybzoov5dcitip9te2253ls298dgv Página:Vida y escritos del Dr. José Rizal, por Wenceslao Retana.pdf/208 102 291034 1248434 2022-08-06T02:20:22Z Poppytarts 77352 /* Corregido */ proofread-page text/x-wiki <noinclude><pagequality level="3" user="Poppytarts" />{{cp|188|W. E. RETANA}}</noinclude>los «españoles ilustres», y á {{may|Rizal}}, que no pedía tanto como el ilustre diplomático español, se le clasificó entre los «filibusteros», y fué, ''por filibustero'', ¡fusilado! Afortunadamente, á España no le alcanza la responsabilidad de los errores cometidos por algunos de sus hijos. No fué España quien fusiló á {{may|Rizal}}: fué el espíritu reaccionario de ciertos españoles, de los frailes principalmente. {{np}}<ref follow="p207n227"> la objeción no me hace gran fuerza, y creo que Dios basta por sí solo para cuidar de la salvación de sus pueblos. — Que atendida la dificultad de defender aquel país dividido en muchas islas y sus demás circunstancias, no se puede dudar de que pronto caerían con alguna excusa ó sin ella en poder de Inglaterra, Francia ú Holanda, de lo cual hasta ahora se ha librado por el respeto que se tiene á España; y que si no en manos de potencias europeas, caerían en las de naciones asiáticas, especialmente de los chinos, bajo cuyo yugo gemirían ya hace años si no hubieran batallado para impedirlo soldados de Castilla, ó si no en las de los nacientes Estados de Nueva Australia, Van-Diemen y Nueva Zelandia… Por estos principios deberíamos erigirnos en caballeros andantes de todos los pueblos desvalidos; cuando tal caso llegue, los españoles establecidos en el país tendrán siempre el recurso de volver á su patria primitiva. — Que la España ha gastado por las islas más de 300 millones de pesos fuertes, á más de infinitas vidas, y es muy justo que nos reembolsemos… También hemos gastado mucho oro en expediciones á Tierra Santa, y no pensamos en recobrarla. — Que con un rey ó gobierno propio tendrían los filipinos que pagar más pesadas contribuciones que las que ahora de ellos se exigen, como es fácil comprobar con el ejemplo de las naciones libres, sin exceptuar á la misma España… Lo propio ha sucedido á los griegos, que están ahora más pobres y pagan más que antes de la insurrección, y sin embargo no llaman á los Osmanlis. Y si los filipinos nos echan de menos algún día, se acordarán entonces de nuestros tiempos con reconocimiento, y se arrepentirán de la ingratitud que muchos de ellos nos han manifestado. — Que la culpa de algunos no ha de caer sobre la cabeza de todos; que los que desean la ruina de nuestro dominio son los menos, los díscolos y los ambiciosos; y que si se preguntase á los habitantes, uno por uno, si querían que nos marchásemos ó nos quedásemos, los 90 por 100 votarían por lo último… Suponiendo que sea esto cierto, no me convence enteramente, porque sé que las mujeres turcas juzgan que su suerte es muy feliz y compadecen á las europeas, y ésta no es, sin embargo, una razón para creer que su condición es envidiable, y que si conociesen otra vida que la del harem pensasen del mismo modo.<br> »En conclusión: si conservamos las Islas por amor á los isleños, perdemos el tiempo y el mérito; porque el agradecimiento se encuentra á veces en las personas, mas nunca debe esperarse de los pueblos; y si por amor nuestro caemos en una anomalía, porque ¿cómo combinar el que pretendamos para nosotros la libertad y queramos al mismo tiempo imponer la ley á pueblos remotos? ¿Por qué negar á otros el beneficio que para nuestra patria deseamos? Por estos principios de moral y justicia universal, y porque estoy persuadido de que en medio de las circunstancias políticas en que se halla la España, se descuidará el estado de aquella colonia; no se adoptará (ésta es mi convicción) ninguna de las medidas que yo propongo para conservarla; y so emancipará violentamente, con pérdida de muchos bienes y vidas de españoles, europeos y filipinos, pienso que seria infinitamente más fácil, más útil y más glorioso el adquirir nosotros el mérito de la obra, anticipándonos con la {{guion|ge-}}</ref><noinclude>{{Línea}}{{listaref}}</noinclude> 4qrfdy4ax5xz7ww7236w71r0ujnvk0u Página:Vida y escritos del Dr. José Rizal, por Wenceslao Retana.pdf/209 102 291035 1248435 2022-08-06T02:31:32Z Poppytarts 77352 /* Corregido */ proofread-page text/x-wiki <noinclude><pagequality level="3" user="Poppytarts" />{{cp||VIDA Y ESCRITOS DEL DR. RIZAL|189}}</noinclude>Por lo que respecta al segundo trabajo, ''Sobre la indolencia de los filipinos'', el tema no era nuevo, y así lo reconoce el propio {{may|Rizal}}; habíalo ya tratado otro filipino culto, el Dr. Sancianco<ref name="p209n228"/>, aunque con menos profundidad, extensión y erudición que {{may|Rizal}}, que hace un verdadero alarde de sabiduría, y cita textos á porrillo, antiguos y modernos, para sostener, ampliada, la teoría que había ya sostenido en sus anotaciones á los ''Sucesos'' de Morga: que la leyenda de la indolencia de los filipinos carecía en absoluto de fundamento sólido. Sus amarguras aumentaban. Basta leer algunos de sus artículos, tales como ''Ingratitudes'', ''Sin nombre'', etc., insertos en ''La Solidaridad'', para comprenderlo así. ''Ingratitudes'' es una página muy sincera y muy sentida. Por Noviembre de 1889, la lucha entre los dominicos y los secuaces de {{may|Rizal}} hallábase en todo su apogeo: fué preciso que la Autoridad superior de las Islas acudiese personalmente á Calamba, y dirigiese frases de concordia á los colonos. Una de esas frases, contenida en una carta de Manila que publicó ''El Día'', de Madrid (número del 29 de Diciembre siguiente), era ésta: «''No se dejen alucinar los pueblos por vanas promesas de hijos ingratos''»: {{may|Rizal}} consideróse aludido, y trata de su «ingratitud» con relación á Filipinas, á la Madre-patria, á sus propios padres y finalmente con relación á sus antiguos profesores, los frailes dominicos; y dice, entre otras muchas cosas dignas de leerse<ref name="p209n229"/>: «Sobre la fina arena de las orillas del lago de Bay hemos pasado largas horas de nuestra niñez pensando y soñando en lo que había más allá, al otro lado de las olas. En nuestro pueblo, veíamos, todos los días casi, al teniente de la guardia civil, al alcalde cuando lo visitaba, apaleando é hiriendo al inerme y pacífico vecino que no se descubría y saludaba desde lejos. En nuestro pueblo veíamos la<ref follow="p207n227"> {{guion|nerosidad|generosidad}}. Así los escritores extranjeros, que tantas calumnias han estampado injustamente contra nuestros gobiernos ultramarinos, escritores de naciones que nunca satisfacen su hambre de colonias, tendrán por lo menos esta vez que decir: «Los españoles cruzaron nuevos y remotos mares, extendieron el dominio de la Geografía, descubriendo las Islas Filipinas; hallaron en ellas la anarquía y el despotismo, y establecieron el orden y la justicia; encontraron la esclavitud y la destruyeron, imponiendo la igualdad política; rigieron á sus habitantes con leyes, y leyes benévolas; los cristianizaron, los civilizaron, los defendieron de chinos, de piratas moros y de agresores europeos; les llevaron mucho oro y luego les dieron la libertad.»</ref><ref follow="p209n228"> En la interesante obra ''El Progreso de Filipinas'': Estudios económicos, administrativos y políticos. Madrid, Vda. de J. M. Pérez, 1881. El Autor era doctor en Derecho civil y canónico y licenciado en Derecho administrativo. — Esta obra es una de las más serias y sesudas que han publicado los nacidos en las Islas Filipinas.</ref><ref follow="p209n229"> Nos ha parecido conveniente repetir la reproducción de este párrafo, ya copiado en la [[Página:Vida y escritos del Dr. José Rizal, por Wenceslao Retana.pdf/39|página 19]].</ref><noinclude>{{Línea}}{{listaref}}</noinclude> rw8ltbhcf8ox84fpvd4gsglhjsxg9an Página:Vida y escritos del Dr. José Rizal, por Wenceslao Retana.pdf/210 102 291036 1248436 2022-08-06T02:45:20Z Poppytarts 77352 /* Corregido */ proofread-page text/x-wiki <noinclude><pagequality level="3" user="Poppytarts" />{{cp|190|W. E. RETANA}}</noinclude>fuerza desenfrenada, las violencias y otros excesos cometidos por los que estaban encargados de velar por la paz pública, y fuera el bandolerismo, los ''tulisanes'', contra los cuales eran impotentes nuestras autoridades. ''Dentro teníamos la tiranía, y fuera el cautiverio.'' Y me preguntaba entonces si los países que había allá, al otro lado del lago, se vivía de la misma manera; si allá se atormentaba con duros y crueles azotes al campesino sobre quien recaía una simple sospecha; si allá se respetaba el hogar; si para vivir en paz había que sobornar á todos los tiranos… Todo esto y muchas cosas más aprendí en mi provincia, ''y he sido ingrato con ella ¡porque no he hecho nada para mejorar su situación!''…» Lamenta luego que en su país «no solamente las culpas de los padres recaían sobre sus hijos, sino también las culpas de éstos recaían sobre aquéllos. Nuestros enemigos [los frailes], que sin duda no tienen padres, no atreviéndose á saciar sus iras en nosotros, ¡se vengan en los miembros de nuestra familia!…» Y tratando luego francamente de los dominicos, dueños de Calamba y profesores de la juventud filipina, dice, para terminar, estas hermosas verdades<ref name="p210n230"/>: «Si en cambio de la enseñanza que nos dan quieren exigir de nosotros que reneguemos de la verdad, de la voz de nuestra conciencia, que acallemos los gritos de ese algo que Dios ha puesto en nosotros y que llamamos sentimiento de la justicia, ''para sacrificar á los intereses de su opulenta orden los intereses de nuestra patria'', de nuestros semejantes y de nuestros hermanos; ''nosotros maldecimos y renegamos de su enseñanza'', y no espere jamás de nosotros la más pequeña gratitud. La instrucción que fines tan bastardos tiene, no es instrucción, ''es corrupción, es prostitución de lo más noble que tenemos en nosotros mismos'', y francamente, nadie puede pedirnos que ''le agradezcamos el rebajamiento de nuestra dignidad''. »Les contestaremos, que los maestros que educan á la juventud filipina, deben considerarse como las nodrizas ó los preceptores, que una madre paga para criar á su hijo. Mientras sus intereses no estén en pugna con la verdad y con los intereses de la familia, el hijo debe amarles y ponerse de su lado; entre los intereses ''de los frailes'' y ''los de nuestra patria'', {{may|estamos por los de esta última}}: otra cosa sería infame, y el mero hecho de desear nuestra infamia, basta para desmerecer y aniquilar todos cuantos sacrificios hayan hecho por nosotros los que se titulan nuestros preceptores. En lo particular y en asuntos dudosos, no olvidaremos jamás el beneficio recibido. »''Nuestra ''{{may|patria}}'' los alimenta y enriquece para que nos {{guion|instru-}}''<ref follow="p210n230"> ''La Solidaridad'', núm. 23; Madrid, 15 de Enero de 1890.</ref><noinclude>{{Línea}}{{listaref}}</noinclude> 1oqmpv4xcjyndbdavw04qn1r0ywgcxy Página:Félix José de Augusta - Lecturas Araucanas.pdf/263 102 291037 1248437 2022-08-06T05:05:54Z Ignacio Rodríguez 3603 /* Corregido */ proofread-page text/x-wiki <noinclude><pagequality level="3" user="Ignacio Rodríguez" />{{cp|258|APENDICE}}</noinclude>El ''Wekufù'' es para el araucano un ser espíritual, pero que suele tomar cuerpo y habita en ciertos animales y objetos insignificantes, como astillas, pajitas etc., y mediante ellos ejerce sus efectos funestos. Las machis combaten con sus ridículos procedimientos á este ser. Con el fin de alejarle de sus casas, guardan los indígenas encima de las aberturas de éstas, cierta yerba muy olorosa, el ''kelleñl·awen·'', cuya fragancia le produce al ''Wekufù'' según ellos, la sensación de la más repugnante hediondez, lo cual es muy bien pensado y aplicable también á lo moral, pues para el demonio todo lo bueno, toda nobleza de sentimiento es repugnante. En cierta ocasión que señalábamos á un indígena viejo una bellísima loica, que se había posado cerca del camino donde estábamos conversando, le dió fastidio el lindo pajarito y dijo volviéndose hacia él: ''Wedá kurəf Wekufù'' (mal espíritu Huecufù). En realidad la loica con el encendido lacre de su pecho tiene para los indígenas relaciones epeciales con el demonio. Pero el animal más temido como poseido por el ''Wekufù'' ó que está bajo su influjo es la muy bonita é inocente lagartija cuyo arnés escamoso luce los mas lindos colores de verde azulejo. En Wapi hay un camino, llamado ''Ləpemwekúfùwe'' (lugar donde se ha quemado al demonio). Este nombre le ha quedado, porque con ocasión de la enfermedad de un cacique juntaron las machis un gran número de lagartijas y las quemaron allí, creyendo ó fingiendo haber quemado al Wekufù, autor de la enfermedad de dicho cacique. De estas y otras observaciones se deduce que los mapuches no dan culto al ''Wekufù'', á no ser que algunas veces lo hagan por temor, para que no les cause daños. También impugnamos la opinión de aquellos escritores que niegan que el Wekufù sea idéntico con el demonio. Así como los <ref follow=notapg257>con la cual dió comienzo á una solemne borrachera: „...solo gobernará el padre Dios, gobernará el Huecufú, los dueños de la tierra; no está abandonada, en toda la tierra está el padre Dios y asimismo el Huecufú.“ {{np}} Mas este dicho lo hizo el cacique en un arranque de insolencia que produjo en él la naturaleza de la fiesta y la sonriente esperanza de hacer una enorme ganancia con la venta del licor diábolico. No quiso adorar, sino blasfemar, como diciendo á sus amigos y mocetones: Tomad, emborrachaos, y no hagáis caso ni de Dios ni del diablo. Por tanto su dicho no altera nuestras ideas expuestas.</ref><noinclude>{{listaref}}</noinclude> 71nvgcka9iu6waklzwu02qvnu7uk5uy Página:Félix José de Augusta - Lecturas Araucanas.pdf/264 102 291038 1248438 2022-08-06T05:17:15Z Ignacio Rodríguez 3603 /* Corregido */ proofread-page text/x-wiki <noinclude><pagequality level="3" user="Ignacio Rodríguez" />{{cp||APENDICE|259}}</noinclude>indígenas infieles no toman en consideración la Santidad de Dios, aunque creen en un ser supremo, tampoco se preocupan de la perversión del demonio, lo abominan porque les hace daño. Pero precisamente por este modo malicioso de causar daños se da á conocer el demonio en la figura del Wekufù. Los fenómenos aterradores de la naturaleza no se presentan á la mente del araucano como producidos por el demonio, los atribuye á los pillañes, pero el perjudicar y matar alevosa y secretamente es obra del Wekufù: él es, pues, el verdadero Satanás, no puede negarse esto. Si los librepensadores de Paris ó de Roma quisieran erigir una estatua á este ser, tendrían que darle figura de un hombre de estatura grande con un sombrero de alas muy anchas, y botas largas provistas de espuelas cuyas rodajas midan dos decímetros de diámetro; porque así le vió el finado cacique Paineñ, y su intérprete, un chileno del campo, lo confirmó, y como nos obstinásemos en persuadirle que era ilusión, el cacique meneó indignado é incrédulo la cabeza y dirigió la conversación á otro tema, no menos estúpido. {{línea|3em}} {{t4|3. Influencias que deben tomarse en cuenta al estimar la lenta marcha de la cristianización de los indios.}} La predicación de los Misioneros no ha quedado infructuosa entre los indígenas, aunque su acción no ha sido fácil. Los Misioneros no eran los únicos que influían sobre su modo de pensar, siempre habían otras influencias contrarias á los trabajos de los Misioneros. Tal vez hay algo de verdad en lo que dice el señor Guevara en su „Historia de la Civilisación de Araucanía<ref>Tomo I, pg. 228.</ref>: „que el catolicismo no ha ejercido una influencia bastante sensible en las practicas de enterramientos, como en las demás que constituyen el sistema de creencias de los indios, aún cuando su predicación se implantó activamente con la conquista misma“.— No podemos reconocer como causa de este resultado al parecer pequeño, „la incapacidad intelectual de los indios para comprender los dogmas del catolicismo“. Ellos pueden y siempre han podido comprender lo que en dichos dogmas es comprensible y creer lo que en ellos es<noinclude>{{listaref}}</noinclude> 6rw60sxcqo2ejodx9cms2uy82qk7fd4 Página:Félix José de Augusta - Lecturas Araucanas.pdf/265 102 291039 1248439 2022-08-06T05:21:49Z Ignacio Rodríguez 3603 /* Corregido */ proofread-page text/x-wiki <noinclude><pagequality level="3" user="Ignacio Rodríguez" />{{cp|260|APENDICE}}</noinclude>misterio é incomprensible. Mas les faltaba la buena voluntad. No querían abandonar sus costumbres y en consecuencia tampoco los errores que acallaban los remordimientos de sus conciencias. Lo que les prohibía el catolicismo era precisamente lo que ellos más amaban, y de esta manera sucedía con ellos la misma cosa que con los cristianos, víctimas de la embriaguez, avaricia, lascivia, del respeto humano y de los demás vicios. Por las mismas razones por las cuales éstos se alejan del cristianismo, se niegan también aquéllos á abrazarlo. La costumbre y el respeto humano son las potencias mundiales á las que sólo hace competencia el oro y la lujuria. ¿Cómo podían los jóvenes indígenas casarse cristianamente cuando no encontraban mujeres sino en la manera usual y reprobable de los indios? Casi imposible era que cambiaran su modo de enterramientos, porque en estas ocasiones los deudos del difunto hacían grandes expensas regalando con viandas y bebida á los forasteros, parientes y amistades. En verdad no lo hacían por generosidad, sino forzados por la costumbre y en la esperanza de ser regalados por sus huéspedes en semejantes ocasiones. Si „el dueño del difunto“ no mataba animales, se los robaban sus amigos. Lo mismo sucede en las rogativas. Allí reparten los indios muchas viandas y chicha de balde, hacen regalos de corderos y por eso quieren que lo regalado de este modo se les devuelva en el año siguiente. Y de esta manera el interés y la gula nunca permitían que se pusiera término á este culto supersticioso. No era de estrañar que los niños educados en las Misiones, vueltos á sus casas, siempre recayesen en las costumbres y supersticiones antiguas, siendo sus propios padres los que los seducían al mal. ¿No hay el mismo peligro para los niños chilenos educados en los colegios cristianos cuando sus propios padres, de los cuales dependen en todo, viven entregados á la incredulidad y á los vicios? A esto se agrega el orgullo nacional tan pronunciado entre los indígenas, su feroz espíritu de independencia, su odio innato contra los extranjeros, cuyo desprecio les hiere profundamente, á quienes consideran como sus opresores, que les tenían siempre envidia por su hermosa tierra, odio que venía creciendo como una avalancha<noinclude></noinclude> 3zhj5ndwpdilowo9mvwmqztisk5ai3n